Billetes de avión preparados. Maletas a punto de estallar, cerradas. Miles de “por si acaso”. Tu viaje a Marruecos está a punto de comenzar, pero… ¿No falta por tachar algo de tu lista? ¡No te olvides de tu seguro de viaje a Marruecos! Sigue leyendo y descubrirás por qué es tan importante viajar asegurado. ¿Qué cubre un seguro de viaje a Marruecos?

Hoy vengo con una nueva entrega en vídeo de mi ruta de 12 días por el norte de Marruecos. Como os habréis imaginado, tras Fez viene la hermosa localidad azul de Chaouen, reclamo de fumetas internacionales y y turistas locales a partes equitativas según la época (en verano se da más lo primero al ser tiempo de cosecha). En nuestro caso Chauen fue nuestro lugar de descanso tras realizar un trekking de tres días por las bellas montañas del Rif.

En Fez nos sumergimos en un viaje a la edad media por la zona peatonal más grande del mundo con más de 9000 callejones y que forma parte del Patrimonio de la Humanidad. Lo mejor es relajarse, adentrarse en su maraña de callejuelas y fijarse en la gran densidad de monumentos que tiene la medina de Fez como madrazas, palacios, mezquitas (desde fuera) y fuentes. Nos encontramos con todo tipo de artesanos como cinceladores, curtidores, tejedores: tiendas variadas y puestos de animales. Conforme caminábamos hacia el centro el número de gente descendía, y ya sólo había que apartarse para dejar pasar algún carro tirado por burros. Resultó incluso placentero perder completamente la orientación, recibiendo nuevas imágenes a cada paso y una visión fascinante de la vida de esta ciudad.

La ruta que realicé en el norte de Marruecos en transporte público. Los vuelos de Madrid a Fez son baratos y el lugar muy exótico. Es como un viaje de mil años en el tiempo, sobre todo, si como yo inicias la ruta en Fez. El itinerario por Marruecos que realicé fue lo más variado posible: ciudades imperiales, pueblos con encanto, naturaleza y costa. Y barato porque viajé siempre utilizando el transporte local. Así fue como visité Fez, Chefchaouen, las montañas del Rif, Tetuán, Asilah, Meknés, Volúbilis y Moulay Idriss para terminar este viaje circular en Fez.

¿Qué se come en Marruecos? Una de las excusas más interesante para viajar es la gastronomía. Descubrir universos gustativos llenos de colores y texturas nuevas que nos mimetizan con el lugar que estamos visitando. Nuestro paso por el norte de Marruecos (Fez, ChefChaouen, Tetuan, Meknes y Asilah) fue también una gastro- aventura muy placentera, totalmente cubierta con un presupuesto diario de menos de veinte euros (aun siendo exquisitos es raro superar los 30€/dia). Accesible para todos los bolsillos y casi todos los paladares.

Es seguro, está cerca, es diferente, sus precios son más bajos que en la península y las temperaturas más altas. Esta sería una ruta para conocer lo imprescindible del país vecino: Tánger, Chauen, Fez, Meknés, Marrakech, Essaouira, Casablanca y Rabat.

Essaouira es una ciudad patrimonio de la humanidad por la UNESCO que destaca por ser uno de los epicentros culturales en Marruecos, por su festival de música Gnawa y por los deportes acuáticos, en especial el Kitesurf.

Si los cuarenta kilómetros de impresionantes murallas que rodean la ciudad imperial de Mekne pudieran hablar, seguramente lo harían sobre un personaje tan importante para Marruecos como cruel para con sus súbditos. Hablarían de decapitaciones, concubinas y servidumbre. Hablarían de inmensos ejércitos de esclavos cristianos. Hablarían, en definitiva, del Alaouita Ismail Ibn Sharif, el rey guerrero.

Seguimos nuestra ruta por Marruecos en transporte público y cambiamos la bonita Chauen por la caótica Fez en donde pasaríamos tres días. Bajamos de nuestro autobús y nos encontramos con una ciudad diferente a lo que habíamos estado viendo en Marruecos, como si hubiéramos viajado en una máquina del tiempo directos a la Edad Media. Tomamos un taxi hacia la medina sin saber aún dónde íbamos a dormir, pensando que se sería sencillo encontrar un hostal barato. En realidad habíamos reservado un hotel en la parte moderna de la ciudad pero sin quererlo habíamos llegado un día antes de lo previsto a la ciudad. No es raro en mí, confundirme en cuanto a las fechas en los viajes…

A comienzos de este año y sin saber cómo había llegado hasta ahí, me encontraba sentada en el suelo, una brisa fría me señalaba hacia las montañas y unos niños me clavaban sus ojos negros con curiosidad y me preguntaban cosas que no entendía. Frente a mí un minarete color tierra y unas nubes bajas que tapaban en parte una colina. Noté un tirón y vi una chica correriendo con mi cámara de fotos hacia un puñado de casas azules; me levanté y fui tras ella. En el momento en el que la alcancé se cayó al suelo y yo… me desperté del sueño.

Hace unas semanas, concretamente durante los nueve días que duraron mis vacaciones, Fernando y yo realizamos un viaje por Marruecos utilizando el transporte público . El recorrido comprendió las siguientes ciudades: Tánger, Chaouen, Fez, Meknés, Marrakech y Essauira. Nos hemos dejado buena parte de la costa atlántica como Rabat y Casablanca, o el desierto más grande del mundo, el Sáhara, para futuros viajes. Pues Marruecos seguirá ahí, cada vez más cercano en cuanto a la disposición de vuelos baratos que unen ciudades españolas con Tanger, Marrakech o Fez.