Condado de Mayo: el condado de Irlanda más bonito según Gonzalo del podcast De Punta a Punta. Ruta de dos días por lugares preciosos de la Isla Esmeralda

Qué ver y hacer en Dublín, Irlanda: Guinness Storehouse: Free walking tours: Trinity College, dónde comer, pubs irlandeses y otras cosas que ver en Dublín

El 17 de marzo es San Patricio, el patrón de Irlanda. Muchos monumentos de España y del mundo se iluminan de verde: el coliseo, la çopera de Sidney, Cibeles

Howth es un encantador pueblo de pescadores que se encuentra a tan solo treinta minutos en tren de Dublín. Si llevas unos días conociendo Dublín puede que te apetezca algo rural o de naturaleza, en ese caso te recomiendo hacer una excursión a Howth para completar tu escapada a la capital de Irlanda. Aquí encontrarás piedras neolíticas, faros, defensas costeras del siglo XVIII…

Como sabréis, me gusta cuando las Oficinas de Turismo realizan acciones originales en las redes sociales que van más allá de crearse un perfil de Facebook o Twitter o de los concursos de conseguir “me gustas”. Un día os conté la iniciativa de Turismo de Bélgica y hoy os traigo el caso de Turismo de Irlanda, que ha organizado un concurso cuyo premio es un viaje a Dublín y al Condado de Wicklow para cuatro personas.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, pero en este caso una imagen vale tanto como un viaje a Irlanda para cuatro amigos.

Turismo de Irlanda sortea un viaje para cuatro personas a los lugares más espectaculares de su geografía. Lo único que tienes que hacer es juntar a tus tres amigos, formar un grupo y participar en el juego de Facebook (facebook.com/descubreirlanda) entre el 1 y el 30 de junio haciendo clic aquí.

Os muestro el último dibujo que he realizado (recomiendo hacer doble click para verlo mejor). La diferencia, en esta ocasión, es que he retratado un lugar en el que no he estado, pero al que asistiré “virtualmente”: el condado de Donegal en Irlanda.

El último día del viaje por el oeste de Irlanda no nos engañó amaneciendo con un sol radiante sino que nos dio unos grises buenos días. La lluvia permanecería durante todo el día: algunos ratos solo notaríamos un leve sirimiri y otras veces caería agua como si ésta fuera infinita. Por eso esta vez no me olvidé ni del paraguas ni del chubasquero y salí a disfrutar del último tramo del recorrido en el que visitaríamos Lisdoonvarna, los acantilados de Moher y la costa atlántica para hacer surf, deporte que no requiere que haga buen tiempo para practicarlo.

Me desperté en Irlanda con la luz del sol y pensé que algo así no lo taparía ninguna nube.
Error. Cuando estás en este país has de llevar siempre un chubasquero o un paraguas contigo pues el tiempo puede cambiar varias veces durante el día. Lo bueno es que los venden por todas partes que te salvarán si eres de los que como yo, confían en la estabilidad climática cuando se levantan de buen humor. Pero Irlanda es así y hay que quererla pese a la lluvia, porque si no, no sería ella.

Tréboles, patatas, arpas, duendes (leprechauns), Guinness, ceilidh, gaitas, pubs, James Joyce, colinas verdes… todo esto es sólo el comienzo de la singularidad de Irlanda. El carácter mítico del paisaje, su historia casi palpable y un largo periodo de estabilización han hecho que la confianza y la vitalidad arraiguen por fin en este país. No obstante, ha sabido mantenerse intacto uno de los elementos más atractivos de Irlanda: el carácter y la hospitalidad de sus gentes, que harán que tras tu visita, ya no consigas olvidarla.

Como habréis visto, organicé un miniconcurso «¿A dónde va Inés?» en el que había que adivinar cuál sería mi siguiente destino a partir de unas pistas. Los que acertaran se llevarían bonos de 75€ en alojamientos Wimdu.
Respuesta correcta: ¡Irlanda!