Cada vez que alguien me pide un consejo para viajar a Ucrania o Rusia suelo darle el mismo: “Antes de partir, aprende el alfabeto cirílico”. Algunos asienten con poca convicción pensando erróneamente que se trata de una tarea costosa. Es entonces cuando les aseguro que les acarreará mucho más esfuerzo comprar un ticket de tren o llegar a la parada deseada en el metro si no son capaces de leer las indicaciones. Lo bueno de este alfabeto es que tiene muchas similitudes con el nuestro y que prácticamente “se lee como se escribe”. Además, con ligeras variaciones, se utiliza en gran cantidad de países por lo que resulta realmente útil…