Lovaina en bicicleta
Cuando visité la región de Flandes y conocí Lovaina, me encontré con un plan irrechazable: conocer la ciudad en bicicleta. Qué mejor manera de pasearse por el corazón de la provincia del Brabante Flamenco que dejándose envolver por el color verde de sus prados y el encanto de sus arquitecturas, sin dejar a un lado la tranquilidad que se respira en una ciudad estudiantil con tanta historia y cultura como Lovaina. Dar un paseo por una ciudad totalmente llana en la que, aun a falta de contarlas, llegué a pensar que existen más bicicletas que otro tipo de vehículos, era algo que me llamaba la atención y mucho.
En primer lugar, ¡vamos a situarnos! Lovaina es una ciudad de unos 100.000 habitantes perteneciente a Bélgica. Muy próxima a Bruselas, llama muchísimo la atención al considerarse una mezcla perfecta entre gastronomía, arquitectura, cultura y universidad.
Con plazas con tanta vida como la Grote Markt (o Plaza Mayor), cuyo ayuntamiento es uno de los consistorios góticos más bellos del mundo o la Oude Markt (Plaza Antigua), dónde existe la que es considerada la barra de bar más larga de Europa, ésta ciudad es una opción de no dejar pasar si viajas por la región de Flandes. Y conocerla en bicicleta iba a ser una experiencia inigualable.
Turismo de Lovaina organiza excursiones en bicicleta para conocer la ciudad de una manera distinta. La ruta que yo hice fue rodear la ciudad conociendo sus abadías y edificios religiosos, la universidad y terminar en el centro histórico de la ciudad habiendo conocido las impresionantes historias de los edificios que encontraba a mi paso y de la gente que en ellos habitaba. Una toma de contacto genial ya que todo marchó “sobre ruedas”.
¿Cómo conseguir una visita guiada en bicicleta?
Lugar: Dirigiéndose a la oficina de Turismo de Lovaina, situada en la calle Professor Van Overstraetenplein 1, en Lovaina. Llamando al teléfono +32 (0)16 27 22 76 o mediante el mail visit@leuven.be. También en su web.
Precio: 50€ (aunque en 2013 serán 60€) por una visita de dos horas. Si se añade una hora adicional el precio será 25€ por hora y guía. Se debe pagar antes de comenzar la visita. Sed puntuales ya que la visita dura exactamente las dos horas que habéis contratado, incluso si empieza más tarde debido a un retraso vuestro. Si os retrasáis más de 30 minutos, vuestro guía se irá pero cobrará igualmente su trabajo…
Comida: La comida corre a cuenta de los visitantes, así como el agua y demás avituallamiento.
¿Qué ver en Lovaina?
Existen muchas rutas diferentes para realizar y muchos programas que los guías preparan para que los visitantes disfruten lo máximo posible pero, evidentemente, cabe la posibilidad de contratar una ruta determinada y que ésta se vea modificada por diversas causas (véase condiciones climatológicas, véase eventos inesperados…).
En mi tour, comencé por visitar algunos edificios de reciente construcción probando que la bicicleta fuese la adecuada. Pedaleábamos por un bulevar empedrado en la zona de oficinas de la ciudad justo encima de un impresionante aparcamiento subterráneo para bicicletas.
No soy consciente de las dimensiones que éste aparcamiento podría tener, pero alberga unas 6000 bicicletas y os aseguro que es algo impresionante: dato importante si quieres hacerte una idea de la cantidad de bicicletas que circulan por la ciudad.
Al finalizar el bulevar, hicimos una parada en una bonita escultura del artista Rik Poot inspirada en un cuadro de Rembrandt que representa una famosa escena de la mitología griega “El rapto de Europa”. También en el bulevar se puede ver otra bonita obra más abstracta, “La Mano de Prometeo” de Wouter Mulier.
Al coger la bicicleta, el aire golpeando tu cara crea una sensación estupenda y te impulsa a no ser capaz de contener una estúpida sonrisa que se te dibuja en la cara. Mi guía, un señor mayor, tenía unos gemelos enormes. Al ver semejante pierna musculada pensé: ¡esto no va a ser nada fácil! Pero sí, el guía estuvo muy preocupado por mí y porque me sintiese lo más cómoda posible. Además, hablaba un poquito de español, por lo que nos entendíamos a la perfección. Me iba explicando historia de todo aquello que iba viendo, por lo que fue una visita muy constructiva a la par que saludable.
Más tarde, y después de hacer una breve parada para conocer las instalaciones de un gran centro deportivo con todas las comodidades para los habitantes de Lovaina, nos dirigimos a la primera de las abadías: La Abadía del Parque (Abdij van Park).
La Abadía del Parque es uno de los complejos monásticos más completos de los Países Bajos. Sus 42 hectáreas hacen que sea considerado de los más grandes y su constante mantenimiento lo hace de los mejor conservados. Esta joya, patrimonio del estado, nos enseña la huella religiosa tan enorme que quedó marcada en Lovaina.
Y la influencia religiosa no solo quedó plasmada en las abadías y arquitecturas, sino también en las universidades. La Universidad de Lovaina, que fue fundada en 1425 por el Papa Martín, es la universidad católica más antigua que aún existe en el mundo. Casi la mitad de la población de Lovaina son estudiantes que vienen a cursar sus estudios superiores. Cuando comienza el curso la población de Lovaina pasa de 88.000 a 116.000 habitantes. Erasmus de todos los lugares también eligen este lugar como buen sitio para pasar su año escolar y no porque Erasmo de Rotterdam fuese profesor en ella, sino porque su ambiente festivo no tiene precedentes.
En mi paseo en bicicleta conocí el Campus de Arenberg, donde se encuentran las ciencias exactas y aplicadas. La alemana familia Arenberg donó la finca a la universidad después de la Primera Guerra Mundial. A facultades como la de Ingenieria, alojada en el Castillo de Arenberg, les vino de perlas puesto que encontraron un emplazamiento en un entorno inigualable.
Desde su construcción, El Castillo de Arenberg ha ido pasando por la mano de varias familias. Cada una fue dándole su particularidad, incorporando nuevas reformas arquitectónicas acordes a la época que estaban viviendo. Al final fue a parar al que llamaban “el duque ciego”, Lodewijk Englebert de Arenberg, que era un gran mecenas de las artes y las ciencias. Por ello, sus descendientes profesaron un amor tal por las ciencias que el duque Engelbert Maria van Arenberg donó sus 29 hectáreas a la Universidad.
En un paraje natural de estas características y en un campus tan verde, es un placer comenzar a estudiar. Al presenciar tanta tranquilidad me dieron unas ganas tremendas de volver a matricularme en la universidad. Y cuando entré a la biblioteca mis ganas se acrecentaron.
La Biblioteca de Arenberg se encuentra en Croylaan, en un antiguo convento celestino y tiene una historia curiosa ya que está diseñada por el arquitecto español Rafael Moneo, que además fue nombrado en el 1993 doctor Honoris Causa de la ciudad. Esto la hace una de las bibliotecas científicas y de ingeniería más grandes y modernas de la Europa continental. Pero sin lugar a dudas, lo más portentoso de la biblioteca de Arenberg es su innovador sistema de gestión totalmente informatizado que la hace muy eficiente a la hora de llevar a cabo los préstamos inter-bibliotecarios, la política de catalogación de libros… Una manera muy cómoda y operativa de acceder al libro que quieras siempre y cuando lo necesites sabiendo dónde se encuentra en cada momento.
Después del tour universitario pasamos a un lugar que es la delicia para todos los aficionados a las hierbas, arbustos y plantas: el Jardín Botánico. Aquí se encuentran reunidas aproximadamente 800 plantas procedentes de todo el mundo y hasta incorporan un pequeño corral con gallos autóctonos.
Nuestra ruta tenía que continuar, y qué mejor final que terminar hablando de cerveza. Lovaina es considerada la capital mundial de la cerveza. Más de treinta fábricas de cerveza ayudaron a ello a principios del siglo XX. Actualmente solamente permanecen en activo AB Inbev y Domus.
AB Inveb opera en la fábrica de Stella Artois. La cerveza Stella (estrella en latín) surgió en la cervecería tradicional de Sebastiaan Artois durante la navidad de 1928. Debido a su gran aceptación terminó convirtiéndose en una de las más populares de Bélgica. En la actualidad, Stella Artois se consume en 80 países considerándose una cerveza “de lujo”.
Para finalizar el paseo, y después de devolver las bicicletas al lugar de partida, comí en Domus. Allí la cerveza llega a través de una tubería de cobre directamente al grifo de la taberna. Para los que nos gusta la cerveza, es una verdadera experiencia saber que estás tomando la cerveza directamente de fábrica.
Lovaina tiene tantas cosas para ver que es imposible contarlas todas en un mismo post. Tendré que dejar el centro histórico para otra ocasión aunque es obvio que os invito a explorarlo y contarnóslo…
Al final lo mejor para conocer una ciudad nueva siempre es ir en bici, para no perderse nada.
Un magnífico reportaje, enhorabuena. Saludos.
Sin duda una buena manera de visitar un lugar
hay ciudades muy preparadas para ello y la verdad que da gusto disfrutarlas sobre ruedas
abrazos
Hay tantos lugares para recorrer en bicicleta. lástima que casi todo el mundo solamente se acuerda de Amsterdam. pero gracias a este post hemos descubierto otro gran recorrido en bici! por mi parte, recomiendo Ferrara, en Italia, una ciudad también de bicicletas.
A mí me pasa igual. Me apetece conocer Lovaina, pero quizá con un medio de transporte menos agotador 🙂
Es un paseo accesible a todos y una forma estupenda de conocer la ciudad, así que ¡ánimo!
Me gustaría conocer Lovaina aunque no estoy en tan buena forma como para hacerlo en bicicleta. Un pots muy interesante