¡Feliz Navidad! Os cuento cómo me metí en un divertido malentendido
¡Feliz Navidad desde la era pre internet!
Los de mi edad somos el eslabón entre dos mundos. Los que nacimos en 1986 somos la última generación de en la historia de la humanidad que recordamos cómo era vivir sin Internet.
Una cosa sorprendente es que antes también se podían viralizar las cosas. Ricky Martin e Isabel Gemio lo saben bien.
¿Se podría decir que mi postal navideña también se vitalizó un poco?
Os cuento la historia. A mí me hace gracia recordarla 🙂
En mi colegio escogían cada año el dibujo de cualquier alumno de 3 a 18 años como felicitación de Navidad. (no recuerdo si era voluntario o si se trataba de un ejercicio de clase, imagino que lo segundo).
Todos los críos pintando a los Reyes Magos, el Belén, regalos, Nikolaus y cosas navideñas, que de eso se trataba.
Yo es que siempre he tenido Olentzero.
No se me ocurría gran cosa y me puse a dibujar lo que veis.
A la profesora le encantó y yo no entendía ni remotamente por qué.
Pero es que sacó al profe de la clase de al lado y también escuché su exclamación de sorpresa en el pasillo.
Y yo… ¡Pero qué les pasa con mi dibujo! 🤨.
Total que se hicieron ni se sabe de copias. Miles. Se envió a todos los alumnos, ex alumnos, profesorado… Tinta dorada y buen gramaje.
Siempre me ha gustado la tinta dorada. Y un papel gordo que hacía que se pudiera poner de pie.
Resulta que pensaron que era una genialidad: que sin mostrarlo, estaba contando que Papá Noel ya había salido del bosque para repartir los regalos. ¡Que ya estaba en camino!
Que la historia que cuenta mi dibujo, decían, te hacía sentir precisamente esta emoción de los días previos a la Navidad. Que representa con precisión las fechas en las que estábamos justo en esos momentos.
Y que lo había hecho de una manera muy elegante, que había necesitado muy pocos elementos para dar en el clavo.
Vaya niña, ¿Cómo lo ha hecho? Acaba de expresar la magia de la Navidad utilizando solo la naturaleza.
Cuando por fin escucho de dónde venía la fascinación por mi postal navideña, es que ni siquiera lo entendí. ¡Me tuvieron que explicar mi propio dibujo!
Y con la sinceridad que me caracteriza contesté:
«Ah no, las huellas en la nieve no son de nadie. Es que acababa de aprender a dibujar huellas y estaba practicando».
😳😳😳
Y así es como me sobrevaloraron como artista a los 12 años.
Paz y amor a todos.
Mucho amor.
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Éxito inesperado e inocencia a raudales
Pues imagínate, yo no entendía nada jajajaja