Anita, la colaboradora de Mis viajes por ahí con más rastas y campings a cuestas, nos enseña una manera diferente y ecológica de viajar a bordo de una caravana por Gerona. Ocho años han pasado ya desde que nos conocimos precisamente acampando en la mismísima Fortaleza Ozama en la República Dominicana. La veremos más por aquía través de un viaje que haremos por Colombia y Perú pero eso es otra historia. ¡Vayamos de camping!

En contraposición con el anterior post sobre Copenhague, hoy os mostraré la otra cara: la de las playas de arena blanca y un sol que te pide a gritos protector solar. Y sí, seguimos estando en Dinamarca, ¿no todo aquí iban a ser diluvios, no?
Aprovechamos nuestro día libre para alquilar un coche en Copenhague con el fin de viajar hacia el norte de la isla de Selandia (Zealand) cuyo nombre se origina en las poblaciones de focas de las costas. Todas las atracciones más típicas de Dinamarca – playas de arena blanca, castillos gigantes e impresionantes restos vikingos – se hacinan en este pequeño área junto al mar.

Durante este verano, he tenido la oportunidad de visitar durante 8 días (sí, muy pocos días) un país que me ha fascinado de principio a fin. Además de la fotografía, otra de las cosas que más me gusta es la historia, y sobre todo las curiosidades que ésta presenta; por eso estaba en lugar adecuado, en Escocia. Entre libros, internet y guías (los señores que informan, no los libros de viaje, que también) e investigando un poco más a fondo ciertas cosas, he recopilado una de esas listas que tanto me gustan cuando las leo en otro blogs, y aquí os la dejo junto con algunas instantáneas que tomé durante el viaje:

Abandonamos con sonrisas exhaustas a George, que se volvía de inmediato para Skopje (espero que fuera más rápido que la ida) y entramos en el casco antiguo del pequeño pueblo de Kotor por una de las tres puertas que posee la muralla. La Vrata od Mora o simplemente Puerta del Mar, sobre la que se puede leer una inscripción latina que dice más o menos » No queremos lo que pertenece a otros, pero lo nuestro no lo rendiremos nunca.”

Ansó, cinco de la mañana del último domingo de agosto, como todos los años desde hace más de 40 años, muchos vecinos se acercan al ropero municipal y se disponen a ataviarse con los trajes típicos, y es que componer los peinados de churros y los trajes llevan mucho tiempo. De los 500 habitantes, unos 80 de todas las edades participan en esta fiesta del traje de Ansó y es que hoy es especial porque ha sido declarada fiesta de interés turístico nacional. Llama la atención la variedad de trajes y su colorido. Pintores como Sorolla y escritores como Galdós quedaron impresionados. Se dice que era habitual que los ansotanos fueran así vestidos hasta no hace muchos años. Hay trajes para diario, para todas las celebraciones religiosas importantes, y también de alcalde. Dicen que se podían haber conservado muchos más trajes de no ser por la costumbre de enterrar a sus muertos ataviados al modo tradicional. Se dice que para el entierro vestían al difunto con sus mejores ropas, en muchos casos sin estrenar, sobre todo si eran jóvenes.

En julio tuve la oportunidad de participar en un blogtrip a Copenhague que terminaría siendo el viaje para bloggers más divertido que he experimentado. Tal rotunda afirmación se debe, entre otras cosas, a que teníamos bastante libertad: cinco días para visitar una sola ciudad y un día libre para hacer lo que quisiéramos, lo que hizo que no se tratara de un viaje tan encorsetado como otros. Tampoco íbamos entre algodones, pues nos alojábamos en un hotel normalito y nos movíamos por la ciudad en bicicleta o en metro. Algo que hace que se parezca más al estilo de viajes que hago cuando me voy por mi cuenta.

Mi tatuada amiga María José (quizás la conozcan por haberme acompañado al Festival de O’pener Gdynia, Polonia) nos explica de qué va la Barcelona Tattoo Expo International, una convención internacional del tatuajeque tendrá lugar en Barcelona durante los días 30 de septiembre, 1 y 2 de octubre, invitándonos así a conocer un poco mejor este arte.

Cada vez que alguien me pide un consejo para viajar a Ucrania o Rusia suelo darle el mismo: “Antes de partir, aprende el alfabeto cirílico”. Algunos asienten con poca convicción pensando erróneamente que se trata de una tarea costosa. Es entonces cuando les aseguro que les acarreará mucho más esfuerzo comprar un ticket de tren o llegar a la parada deseada en el metro si no son capaces de leer las indicaciones. Lo bueno de este alfabeto es que tiene muchas similitudes con el nuestro y que prácticamente “se lee como se escribe”. Además, con ligeras variaciones, se utiliza en gran cantidad de países por lo que resulta realmente útil…

Ahora que he comenzado a hacer prácticas tengo menos tiempo libre para escribir, menos mal que uno de mis compañeros de andadas, Fernando, se ha ofrecido a relatar lo que fue el tramo más duro de nuestro viaje por los Balcanes. Además, fue él quien organizó este tramo y el que mejor puede contarlo.
El recorrido total fue Ucrania- Moldavia- Rumanía- Bulgaria- Macedonia- Montenegro y Croacia.

El último día del viaje por el oeste de Irlanda no nos engañó amaneciendo con un sol radiante sino que nos dio unos grises buenos días. La lluvia permanecería durante todo el día: algunos ratos solo notaríamos un leve sirimiri y otras veces caería agua como si ésta fuera infinita. Por eso esta vez no me olvidé ni del paraguas ni del chubasquero y salí a disfrutar del último tramo del recorrido en el que visitaríamos Lisdoonvarna, los acantilados de Moher y la costa atlántica para hacer surf, deporte que no requiere que haga buen tiempo para practicarlo.