BERLÍN, la capital de Alemania
Tras estar unos días en Düsseldorf, nos fuimos a Berlín, donde teníamos albergue (en habitación de 50 camas) reservado. Como el tren era carísimo, alquilamos un coche. Unas 6 horas de viaje tranquilo. Una gozada de autopista y gente como balas, y es que no hay límite de velocidad o eso tengo entendido.
Berlín tiene todo lo que le puedo pedir a una ciudad y más. Calles amplias sin polución, arquitectura alucinante, muchísima actividad cultural, puestos de comida por todos lados por lo que se puede comer barato, muchas zonas verdes asombrosamente grandes y carril bici en todas las calles.
Nuestra curiosidad nos hizo pasarnos los días caminando sin parar, no hay nada que me guste más que andar por lugares en los que nunca he estado. Además caminando llegas a cualquier sitio y si te cansas, ahí tienes el metro que llega con puntualidad alemana. Por cierto, nunca vi un revisor. Para resumir y no ser pesada diré las cosas más destacables para visitar y luego mis opinioncillas.
-La famosa puerta de Brandenburgo en donde nos hicimos la típica foto “guiri”;
-El Memorial Holocaust
–El Parlamento (Reichstag)
–La Iglesia Memorial, que noe s una iglesia cualquiera: que fue destruida en gran parte durante la Segunda Guerra Mundial y que la han reconstruido (una parte) en un estilo muy moderno y el contraste queda perfecto.
Aquí los arquitectos deben disfrutar, pues parece que hay cancha abierta para hacer casi cualquier cosa. Y los artistas urbanos también; se respetan los graffitis de calidad, dejándolos en las paredes y no borrándolos como si se tratara de actos vandálicos.
-Ah, y no olvidemos el muro, la gigante torre de televisión y el reloj mundial (ver en la foto, un curioso diseño que permite dar la hora de cualquier lado).
-La oferta en cuanto amuseos es increíble. Nosotras pillamos uno temporal sobre Dalí y pude ver obras que no sabía que existían como unas ilustraciones de Alicia en el País de las Maravillas o un trabajo que hizo para Playboy.
-Y las compras… Libros de todo tipo bien baratos, ropa a montones, sobre todo en el barrio turco (que por cierto, una señora turca me guió hasta ahí agarrada a mi brazo y hablándome de su familia y su vida en alemán con acento turco, muy simpática). Fuimos a una calle que estaba llena de tiendas de ropa de diseño, un escáparate para los jóvenes diseñadores y es que hablamos de una ciudad que despierta tu lado artístico. Ese que apagas a la vez que enciendes la televisión entre la apatía que produce el estress de la rutina.
-Y nos fuimos de fiesta. Unos días al White Trash. Un cusioso bar grandecito con actuaciones en directo y gente pintoresca. Aprovechamos para probar la Berliner Pilsner de la cual podría beberme una piscina tranquilamente… qué rica… ceerveeeezaa…
Otro día al bar Zapata. La dinámica era curiosa. Primero la gente estaba en mesas bebiendo sus jarras, charlando, escuchando la música bastante decente que ponen… De vez en cuando alguno se nos acercaba ante nuestros irresistibles encantos, jeje.
Pero llega un momento en el que la gente se taja, las mesas y sillas quedan relegadas a un segundo plano y todo el mundo baila con todo el mundo. De repente me veía bailando rodeada de brasileños.
Hay gente que salía sola, pero eso no es problema, en seguida se integran en el barullo.
Mi percepción del tiempo se desfiguró y acabé más bien tarde y con la cabeza en Neptuno, por lo menos, pero fue divertido.
Me gustaría pasar una temporada aquí, es una ciudad en la que cualquiera se puede integrar y al volverme a España se me quedó una mosca al rededor de la oreja que me dice que tengo que volver no como turista, sino como una más, de esta GRAN ciudad.
¡Hola!
Llegué aquí desde el blog de J-M (Blogosaico), y nada más ver de qué iba este blog fui en busca de Berlín… Nunca he estado allí, pero me gustaría acabar la carrera en esa ciudad, y por lo poco que sé, y lo que cuentas en esta entrada parece ser un sitio ideal.
Me suscribo al blog 🙂
Un saludo desde Un Espacio para Compartir 😉
Hola Inés,
aún no se como he aterrizado en tu blog, pero me ha encantado. yo también soy de zaragoza y me ha hecho mucha ilusión encontrar a otra maña a la que le apasiona viajar.
un saludo,
ester