Peggys Cove, el faro más sexy de Canadá
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En el Estado de Nueva Escocia y a pocos kilómetros de Halifax, hicimos una parada en un lugar tan bonito que a cada metro creíamos estar caminando sobre el típico cuadro que cuelga de las paredes en una casa rural canadiense. O como nos dijo la guía: “Bienvenidos al faro más sexy de Canadá”. Pero Peggys Cove no es solo un faro, es también un pintoresco pueblo de pescadores con una curiosa historia y el lugar donde se estrelló un avión Swissair.
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PEGGYS COVE, EL PUEBLO
El pueblo de Peggys Cove surgió en 1811, cuando la provincia de Nueva Escocia emitió una ayuda que daba derecho a seis familias de ascendencia alemana a más de 320 hectáreas de tierra. Como construyeron su comunidad alrededor de una cala, los colonos dependían de la pesca como uno de los pilares de su economía. También plantaron jardines en aquellos lugares donde la tierra era fértil y utilizaron las tierras que rodeaban el pueblo para el pastoreo del ganado. En el año 1900 la población llegó a unos 300 habitantes y tenían una escuela, una iglesia, una tienda de ultramarinos, una conservera de langosta y barcos de todos los tamaños ubicado en la ensenada.
Ya en sus orígenes, muchos artistas y fotógrafos se acercaban a Peggys Cove y como mejoraron las comunicaciones por carretera, comenzó a llegar más gente. A pesar de ello la población actual es mucho más pequeña y Peggys Cove sigue siendo un tranquilo pueblo de pescadores, ya que en un esfuerzo por preservar la belleza única de la zona, Peggys Cove ha sido declarada área protegida. De ese modo ya no se permite construir más viviendas y existen restricciones sobre quién puede vivir en la comunidad para prevenir la inflación de los valores de propiedad de los que residen permanentemente.
EL FARO DE PEGGY
Construido en 1868, el primer faro en la cala de Peggy (Peggys Cove) consistía simplemente en una casa de madera coronada por una baliza. Cada noche el farero encendía una lámpara de queroseno y para aumentar su brillo utilizaba un reflector que lo transformaba en una luz roja. Así conseguiía señalar la entrada este de la bahía de St. Margaret (Peggy es el sobrenombre de Margaret aunque la leyenda cuenta que el nombre del pueblo viene de la única superviviente de un naufragio del siglo XIX).
En 1914 sustituyeron esta humilde construcción por un faro octagonal de cemento y acero que medía 15 metros de altura. Es el faro que vemos aquí hoy en día y muchos aseguran que se trata del más bonito de toda Canadá (o el más sexy). La casa del farero no tuvo tanta suerte: permaneció junto al actual faro durante cuarenta años hasta que el huracán Edna acabó con ella.
De todos modos su profesión tenía fecha de caducidad pues en 1958 se automatizó el faro y ya no necesitó ser atendido.
Durante los meses de verano el nivel inferior sirve como la oficina de correos del pueblo desde donde los visitantes pueden enviar postales y cartas. A cada pieza de correo le estampa una marca con forma de faro, para que quede claro de dónde viene.
EL TRÁGICO ACCIDENTE DE AVIÓN
A pocos kilómetros de Peggys Cove podemos visitar el monumento memorial a las víctimas del vuelo 111 de Swissair del dos de septiembre de 1998. El vuelo que hacía la ruta Nueva York-Ginebra se vio interrumpido estrellándose en el océano Atlántico y ninguna de las 229 personas que viajaban a bordo sobrevivieron.
Cuando se encontraban a 10.000 de altura el primer oficial se dio cuenta de que había un olor extraño en la cabina y pensaron que podría tratarse del aire acondicionado por lo que lo apagaron -esto es, por lo visto, bastante frecuento en vuelos comerciales-. Aquello no solucionó el problema así que decidieron aterrizar en Halifax pero realizar esa maniobra con el combustible lleno era muy peligroso. Además se encontraban a demasiada altura para la cercanía del aeropuerto.
El humo continuó y finalmente comenzó a salir fuego de los paneles de la cabina, la mayoría de los instrumentos se apagaron y las cajas negras cesaron de registrar datos. El primer oficial intentó seguir volando pero justo unos minutos antes del impacto apagó el motor número dos debido a una advertencia de que se estaba incendiando. Se trata del segundo accidente aéreo de Canadá más importante, después del vuelo de Arrow Air que terminó con la vida de 256 personas.
EL GRAN ATLÁNTICO
La subida y la bajada de la marea del Atlántico varía entre 1,5 y 2 m, mientras que la temperatura del agua fluctúa entre 10 y 15ºC en verano y 4.5ºC en el invierno. La mezcla de corrientes oceánicas crea una rica diversidad de vida marina a lo largo de la Costa Atlántica. Las corrientes fluyen hacia el sur desde el Ártico pasando por Nueva Escocia, y la de Labrador enfría el agua durante el verano. Mientras tanto, la corriente del Golfo calienta el agua ya que viaja del Caribe al norte de Europa. Esta mezcla de aguas ha traído especies árticas y tropicales inusuales a la bahía de St. Margaret como el atún rojo, delfines, ballenas y tortugas.
Además, el clima atlántico tiene sus peligros y es que de vez en cuando los desastres naturales pegan algún susto a sus habitantes. En 2003 hubo una inundación producida por el huracán Juan que dañó el espigón, la carretera y varias casas y en 2009 el huracán Bill arrasó con la tienda de regalos y alguna vivienda de la localidad.
FOTOS DE PEGGYS COVE
Pero como os he comentado desde el principio, lo mejor de Peggys Cove es su belleza así que no me voy a despedir sin mostraros más fotos de este lugar que me encandiló:
MI VÍDEO DE CANADÁ
¿Entendéis ahora por qué Peggy’s Cove es la imagen de portada de mi vídeo por la costa este de Canadá?
Si siguen prohibiendo construir viviendas en Peggys Cove, en vez de proteger al pueblo lo están abocando a su abandono y degradación. Si los hijos de los actuales residentes no pueden quedarse, por estar limitado el número de viviendas al existente, dentro de unos años no habrá población activa y perderá los pocos servicios que le quedan.
No sé si será sexy el faro pero si que está muy limpio y muy bien pintadito. Parece un recortable posado en las rocas que parece que son de granito.
Majo el video, si señora.