Qué ver en VIETNAM en un mes
Qué ver en Vietnam:
Itinerario de un mes por Vietnam para mochileros.
Este verano escogí Vietnam como destino de vacaciones por varias razones: me apetecía volver al Sureste Asiático, que es una de mis zonas favoritas del planeta; es un lugar económico en todos los aspectos, hace calor (lo que hace que no haga falta llevar mucha ropa), los paisajes son impresionantes, tiene una historia muy interesante, una gastronomía espectacular, es seguro y es fácil moverse por ahí como mochilero.
Un mes es el tiempo mínimo que a mi parecer se necesita para viajar tranquilamente por este país. Si se tiene más tiempo se puede optar por combinarlo con Camboya o únicamente con los templos de Angkor, o como yo que hice una escapada de tres días en avión a Singapur. Para ello se necesita un visado de múltiples entradas.
Encontrar alojamiento en Vietnam
Sin duda, lo mejor para buscar alojamiento es Booking. En este mapa podéis concretar las fechas, la localidad y el número de personas y os saldrán todas las opciones disponibles.
Excursiones en Vietnam
En esta página española seleccionan las mejores excursiones que se pueden hacer en Vietnam así que recomiendo que les echéis un ojo. Muchas de las actividades son con guía en español y en temporada alta, es mejor contratar las salidas con unos días de antelación.
Aquí se pueden reservar incluso los famosos Free Walking Tours, ¡son gratis y los hay en español!
Gastronomía
La comida en Vietnam se quedará para siempre en tu memoria. Probablemente sea la mejor del mundo junto con la japonesa y claro, la española. Esto es cuestión de gustos pero en mis conversaciones con otros viajeros he visto unanimidad respecto a lo rica que es la gastronomía vietnamita. Da igual lo que te pidas, que siempre estará bueno. ¡Y muy barato!
Los platos varían según la zona y sus ingredientes parecen formar una especie de feng shui, cada uno lleva algo crujiente, algo dulce, algo fresco como la menta o algo ácido siempre en un adecuado equilibrio… una explosión de sabores en tu boca y sorprendentemente, no es picante y los ingredientes son siempre muy frescos. En algunas ciudades se organizan tours gastronómicos y clases de cocina. No te pierdas el Bun Cha, los Bahn Mi, el Cau Lau, los rollitos de todo tipo o el famoso Pho Bo (todo se separa por sílabas y se escribe con el alfabeto latino).
No soy una experta, iba probando de todo y siempre acertaba. Si no tienes alergias o eres vegetariano, atrévete a pedir algo sin saber lo que es, seguro que te sorprende. Y sobre todo, deja que te recomienden los lugareños.
La comida callejera es muy popular, los locales se sientan en diminutos taburetes de plástico a degustar generosas raciones a buen precio en lugares que a veces hasta tienen la cocina en la calle y carecen de cuarto de baño. No defraudan nunca.
También están llenos siempre los bia hoi, establecimientos donde sirven cerveza artesanal muy barata… y a menudo con hielo.
El café también es muy bueno por estos lares. Es más espeso, de textura como de chocolate y también es muy común pedirlo con hielo.
El agua no es potable.
Qué llevar
Lo mejor es llevar una mochila ligera, para poder moverse con mayor libertad. Hay lavanderías por todas partes así que no lleves mucha ropa, pero nunca debe faltar el traje de baño, un buen chubasquero (los que venden en Vietnam se rompen con mirarlos) y un forro polar para no congelarse en los autobuses y aviones así como para las zonas montañosas incluso en verano. Ahí se pueden comprar repelentes de mosquitos que funcionan y huelen mejor que los que tenemos en España, pero una crema que alivie las picaduras será tu gran aliado (Alergical va muy bien). Dos tarjetas de crédito o débito en caso de que una falle y si llevamos dinero en metálico, mejor si es en dólares. Aunque en la mayor parte del viaje se lleven sandalias todoterreno y chanclas, un calzado cerrado será imprescindible para el trekking por Sapa. Otros detalles como los tapones de oído para sobrevivir en las ciudades llenas de motos, protector solar, gafas de sol o un botiquín básico nos harán la vida más fácil.
Ah, y los enchufes son como en España.
No olvides llevar un buen seguro de viajes
Yo recomiendo el seguro de viajes de Mondo: ofrecen una serie de productos para que no pases el mal rato de tener que analizar cuál le conviene más (si tendrá o no las coberturas que necesita, si será suficiente, etc). Ellos hacen el rastreo por ti y en función de tu tipo de viaje te recomiendan el seguro más adecuado (según el destino, la duración, el tipo de viajero, presupuesto, etc). También se pueden incluir otras garantías como cancelación, deportes de aventura o material informático. Para más información, puedes mirar aquí y obtendrás un 5% de descuento.
Visado
No hay necesidad de visado si eres español y tu estancia es inferior a 15 días. Si vas a estar más tiempo, hay varias maneras de sacarse el visado: yo opté por la más económica. En la página VisatoVietnam.com solicité mi visado on arrival por 18$. Ellos te mandan a los pocos días la carta de aprobación que hay que imprimir y llevar junto con 2 fotos de 4cm x 6 cm a inmigración del aeropuerto vietnamita donde se abonarán otros 25$. Si es de múltiples entradas el precio varía. Si vienes por tierra, el visado se puede sacar por ejemplo, desde una agencia de viajes del país donde te encuentres.
Transporte
Aunque los mapas engañen, Vietnam es incluso más grande que Italia y tiene una forma alargada: en algunos puntos parece que la costa casi roza con su vecina Laos por lo que hay que recorrerlo de norte a sur o de sur a norte. Se puede volar a Hanoi y terminar en Ho Chi Min y de ahí tomar un vuelo interno de vuelta a Hanoi o viceversa: estos vuelos son bastante económicos pues rondan los 50€ y nos evitarán quebraderos de cabeza.
Por el país se pueden reservar autobuses en cualquier hostal o agencia de viajes. En ellos se viaja tumbado en cómodos asientos y algunos hasta tienen Wifi. Más económico resulta ir a la estación y tomar el transporte local aunque también son más incómodos. Como experiencia es interesante, pero hay que reconocer que los buses turísticos están más preparados y son más rápidos.
También es común alquilar una moto o hacer trayectos “easy riders”, son agencias que te llevan la mochila al destino y tú solo tienes que ocuparte de conducir y admirar los paisajes vietnamitas.
En zonas de poco tráfico, es un placer alquilar una bici y “perderse”. Lo pongo entre comillas porque gracias a la aplicación Maps.me podía tener GPS en el móvil sin necesidad de conectarme a Internet, algo que viene muy bien si decidimos ir a la aventura.
Las ciudades se caracterizan por estar repletas de motos que se mueven a lo loco, ahí es mejor caminar o coger taxis con taxímetro pues no tenemos la habilidad de convivir con los demás vehículos. Un truco para cruzar la calle a pie es hacerlo al estilo vietnamita: aunque veas cientos de coches y motos pitando, hay que andar despacito hasta la otra acera. Los vehículos te pasarán casi rozando por delante y por detrás pero tranquilo, siempre te esquivan.
En los aeropuertos suele haber transporte público para ir a la ciudad por poco dinero.
Alojamiento
El alojamiento puede reservarse sobre la marcha, incluso en temporada alta. Hay una amplia oferta en todas las categorías. Como siempre, lo más barato es compartir habitación con otros mochileros, pero si quieres más privacidad, una habitación doble con baño en temporada alta (y que sea decente) no excederá los 15$. Sí, normalmente les da igual que pagues en los alojamientos en dólares o en Dongs. Un Euro equivale a unos 25.000 Dongs así que una buena manera de hacer el cálculo mental es pensar que 100.000 Dongs son 4 Euros. Como veis, es una divisa muuuy pequeña por lo que sólo tiene billetes. O al menos yo nunca vi una moneda.
Cuándo ir a Vietnam
Siempre. La estación seca va de diciembre a abril en el sur, y de mayo a octubre en la costa central. Yo fui en agosto que es supuéstamente la peor época debido al calor y las lluvias pero aún así estuvo bien porque caía el chaparrón más o menos a la misma hora… vamos, que no es algo que te impida hacer cosas. No hay que tenerle tanto miedo al monzón.
Ruta por Vietnam de unos treinta días. Qué ver en Vietnam:
1. Hanoi
La capital de Vientam es una ciudad dinámica, llena de vida. El simple hecho de sentarse a observar el cruce de dos calles, es una actividad muy divertida y hasta hipnótica. Verás familias enteras en una moto, gente capaz de transportar siete jaulas de pollos, el camión de la basura con su propia melodía al estilo “el afilador afila cuchillos” y muchas cosas más surrealistas e inesperadas.
Lo más interesante es el loco barrio antiguo: un compendio de calles llenas de vendedores con gorros cónicos, motos, tiendas y que cobra más vida aún por la noche. Recomiendo ir a cenar al callejón de Ta Hien, donde muchos establecimientos sacan sus pequeños taburetes a la calle, para disfrute de cientos de personas. También encontramos en esta calle la discoteca 1900, pocas veces he visto pinchar con tanto arte.
Junto a éste tenemos el bonito lago Hoan Kiem donde vemos a la gente practicando taichí, paseando y echando la tarde en general, y además podemos asistir en el teatro a un espectáculo de marionetas acuáticas. No entenderemos nada porque está en perfecto vietnamita, pero es bonito contemplar un arte milenario y único.
Otras cosas para ver: el mausoleo de Ho Chi Minh, el museo de Historia Militar, el museo Etnológico, el Museo de la Revolución Vietnamita y el Museo Nacional de Historia Vietnamita.
2. Bahía de Halong
La Bahía de Halong es un bello paisaje de más de 2000 islas que emergen del mar con violencia hasta llegar a ser más altas que anchas. Quizá por eso Halong significa “donde el dragón se sumerge en el mar”. Según la leyenda, la sislas de la bahía fueron creadas por un dragón que vivía en las montañas. Al dirigirse hacia la costa, iba destrozando con la cola todo a su paso. Por eso al final al sumergirse en el mar, todo quedó inundado y sólo podemos ver las cimas de las montañas.
En esta zona recomiendo que os lo montéis por vuestra cuenta y que no contratéis ningún tour. Rara es la vez que no estén desastrosamente organizados: te hacen esperar horas en el puerto y después se llega a los lugares de noche, por lo que al final no ves nada.
La isla de Cat Ba es un buen punto de partida ya que además tiene un espectacular mirador desde el que contemplar el paisaje, el Cannon Fort. Aquí instalaron los japoneses túneles y emplazamientos de armas durante la II Guerra Mundial que hoy en día se encuentran llenos de maniquís uniformados.
Otra experiencia es pasar una noche en un barco. Hay muchos cruceros que hacen este tipo de rutas. Para mí lo mejor fue salir un rato para navegar en kayak entre puntiagudas islas verdes y tocando el agua marina más caliente que he sentido nunca.
3. Sapa
No sé cómo será en otra época del año, pero el paisaje de arrozales de Sapa no puede ser más verde en agosto. Es verde fosforito. Y bonito a rabiar.
Hay quien se recorre la zona en moto visitando remotas aldeas y tribus de montaña. Pero como no soy muy amiga de estos vehículos, hice un trekking de tres días durmiendo en un pueblecito llamado Tri Tran Mo Surong.
Tranquilos, si contratáis este tipo de tours, no hace falta que sepáis orientaros. Un guía os llevará por los caminos, calculará llegar a ciertos núcleos para comer y comprar agua y las señoras ataviadas con trajes tradicionales te ayudarán para que no te caigas en el barro. Eso sí, al final del viaje te pedirán que les compres algo.
Los homestay están preparados para el turismo, no penséis que se trata de dormir en casa de un granjero en el suelo –que tampoco estaría mal-. Tienen wifi, hay duchas con agua caliente, camas con mosquiteras y preparan una cena deliciosa acompañada del “happy water”, una especie de licor de arroz que preparan las familias.
Se parte desde Sapa, una ciudad que aunque os suene surrealista, me recuerda a Jaca. Quizá por tener billares, estar a gran altura, hacer frío y presentar un sinfín de tiendas de equipamiento de montaña.
Desde aquí también se puede hacer una excursión los domingos al mercado de Bac Ha. Compra los tickets nada más llegar a Sapa para que no te pase como a mí que me quedé sin plaza.
4. Tam coc (Ninh Binh)
Junto a la ciudad de Ninh Bin se encuentra la pequeña localidad de Tam Coc, recomiendo alojarse en esta última como campo base para recorrer mi zona favorita de Vietnam. Se parece a la bahía de Halong, sólo que en vez de mar, hay Qué ver en Vietnam: llanuras y arrozales con caminos para recorrer en bici o moto. Es un placer perderse por la zona parando en aldeas, templos y chiringuitos con comida muy auténtica. No te pierdas la subida a Mua Cave, que tiene las mejores vistas de la zona, y visitar la antigua ciudad de Hoa Lu, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Yo me alojaba en el Backpackers y me dieron la habitación con las mejores vistas del mundo, concretamente hacia el muelle donde salen las excursiones en barca. Fueron unos días inmejorables, así que ya sabéis, ¡no os saltéis este punto del viaje!
Otros puntos de interés: el complejo de Chua Bai Dinh o la pagoda de Bich Dong.
5. Hue
Qué ver en Vietnam: La mayoría de los viajeros se suelen saltar Hue y a nosotros nos interesaba visitarla por ser la antigua capital de Vietnam hasta 1945, ser Patrimonio Mundial y tener un estilo en su ciudad imperial parecido al de la Ciudad Prohibida de Pekín. Ahí es nada.
Así que ni tanto ni tan calvo, decidimos que visitaríamos el lugar pero sin llegar a pernoctar. Para ello tomamos el bus nocturno de Tam Coc a Hue, llegamos hacia las seis de la mañana y al mediodía ya estábamos en otro bus rumbo a Danang.
Durante varias horas desgastamos nuestros pies por las enormes pero bonitas ruinas de la antigua ciudad de Hue. Numerosos palacios, jardines y museos componen el interior de esta ciudadela. Se divide en diferentes sectores: el centro de la vida de la realeza vietnamita se daba en el Recinto Imperial y en la Ciudad Púrpura Prohibida; en el suroeste tenemos numerosos templos; al noreste jardines y en el norte la fortaleza militar.
6. Playa junto a Danang
Ya llevamos varios días de gran ajetreo y el cuerpo comienza a resentirse. Así que ha llegado el momento de tirarse a la Bartola en una bonita playa de arena blanca, plancton luminoso, noches estrelladas acompañadas del espectacular amanecer de la Luna (si está llena es increíble ver cómo nace tras las montañas), buenos alimentos y en definitiva, levantarse sabiendo que no se va a hacer nada en todo el día. Que todos somos muy aventureros, pero este tipo de altos en el camino los considero imprescindibles.
Nosotros acabamos casualmente en la playa de Bai Bien Ha My. Por esta zona hay resorts de habitaciones a 200 $ pero nosotros encontramos un cuchitril de 15 $ la habitación justo en la playa. Antes de llegar al resort Le Belhamy por la carretera principal, hay un callejón que lleva al mar. Ahí se encuentra un chiringuito con habitaciones un poco destartaladas que se llama Ha My TT. Aunque el alojamiento no sea la caña, se comer bien y se puede tomar algo. Y lo mejor, la playa estaba ahí para mí sola. Un plan perfecto para descansar un poco.
7. Hoi an
A sólo dos kilómetros nos encontramos con mi ciudad favorita de Vietnam, la bella Hoi An cuyo centro histórico es peatonal y si acaso sólo se puede circular en bicicleta. Sus edificios amarillos, el clima, los cafés y las buganvillas decorando las calles me recordó a la colombiana Cartagena de Indias, que es otra de mis ciudades preferidas de Sudamérica. ¿Os he convencido ya?
La ciudad es famosa también por tener muchas sastrerías. En menos de un día te confeccionan trajes a medida de buena calidad y precios más que razonables. También encontramos cursos de cocina y una animadísima vida nocturna.
Recomiendo comer en el mercado de alimentos. Es muy barato y es una gran oportunidad para conversar con los lugareños. Y aunque ya sabemos que la comida vietnamita es la mejor, si queremos variar se puede ir al restaurante indio Ganesh. Siempre hay cola para entrar.
8. Dalat
Dalat es el único lugar en el que tuve que ponerme la chaqueta en Vietnam. Una ciudad donde los locales combinan anoraks de plumas con chancletas al mismo tiempo. Quizá por eso encontramos aquí el surrealismo arquitectónico de la Crazy House. Un edificio que recuerda sobre todo al modernismo Gaudí pero también a Walt Disnet y a Tim Burton con sus habitaciones esculpidas, sus formas orgánicas y elementos naturales como plantas, animales, telarañas y hasta dragones. La arquitecta es la señora Dang Viet Nga, a la que tuvimos el gusto de entrevistar. Estudió Arquitectura en Moscú y es la hija del sucesor de Ho Chi Mihn. La artista nos recibió en su apartamento ubicado en el centro de la Crazy House donde reside, que es el único lugar al que no acceden los visitantes. Ya os contaré más adelante con más detalle, porque esta experiencia merece otro post aparte.
Para añadir más puntos de locura al viaje, recomiendo visitar el jardín floral (Flower garden). Un recinto muy kitsch a donde acuden los novios para hacerse fotos. Por eso. por su aire europeo y sus restaurantes franceses a los vietnamitas les parece una ciudad romántica y muchos acuden aquí de Luna de Miel.
A mí parecer de romántica no tiene nada, pero es la señora Nga la que hizo de este tramo del viaje, una experiencia inolvidable.
9. Delta de Mekong y Ho Chi Minh (más conocida como Saigón)
No visité el delta del Mekong porque se me ocurrió de pronto pasar los últimos días del viaje en Singapur así que no os puedo contar mucho sobre esta zona. Por lo que sé, el delta del Mekong es una zona muy amplia llena de canales, mercados flotantes, innumerables ríos, zonas rurales, manglares, pagodas e incluso playas tropicales como en la isla de Phu Quoc.
Puntos de interés: los mercados flotantes que pueden visitarse dese Can Tho, llegar a una isla fluvial navegando por los canales entre My Tho y Ben Tre o dormir en un homestay en Vinh Long. De todos modos no me hagáis mucho caso pues como os he dicho, no llegué al delta del Mekong.
Ho Chi Minh es una gran ciudad, aunque la capital sea Hanoi, ésta se me hace menos manejable, más grande. Bueno, en realidad tiene tres millones de habitantes más, casi diez de millones de personas que parecen estar todo el día en la calle, cada una montada en una moto y con su respectiva bocina en uso. Un caos, vaya.
O quizás sea debido al cansancio del viaje el motivo por el que no pude pillarle el truco a la vieja Saigón. Llegar un sábado por la noche directa a la calle Bui Vien fue como un sopapo de estímulos, un torbellino de sensaciones, un “con tantas luces se me ha olvidado que quería un café”, pero sobre todo una experiencia muy divertida. En esa calle pasan muchas cosas y no sólo los numerosos carritos de calamares secos ambulantes.
Otro snack que venden las señoras por la calle son los huevos duros de codorniz con mango: una mezcla que parece imposible, pero una vez más los vietnamitas consiguen combinaciones perfectas para el paladar.
Ya de día en Saigón se pueden visitar muchas cosas como el Museo de la Guerra, el Palacio de la Reunificación, el Museo de la Ciudad de Ho Chi Minh y terminar el día viendo la puesta del sol desde alguno de los rascacielos con bares en su azotea.
Hola Inés,
Muy interesante lo que recoges en el blog! Una pregunta, voy a realizar en el mes de julio un viaje justamente de un mes por Vietnam y me preguntaba como habías hecho tú para sacar dinero / realizar el cambio de Euro a Dong. Muchas gracias de antemano!
Inés viví dos años en Saigón, necesito contactar contigo
633 844 029
Buenas tardes Sara,
quería saber si es seguro viajar a Vietnam sola…
He oido mucho sobre los timos pero estoy como que me falta un empujón jiijij
gracias
Es muy seguro viajar sola por los países del sureste asiático. De hecho creo que es la mejor zona del mundo para iniciarse en los viajes en solitario 🙂
Buenas!
Antes de nada, gracias por toda la información compartida. Queríamos preguntar cómo llegasteis a la playa de Bai Bien Ha My. Estaríamos encantados de visitar esa zona para relajarnos y no sabemos como llegar desde Hoi An!
Un saludo!
Vietnam se ve fascinante! La playa de Bai Bien Ha My es impresionante. Arena blanca y mar celeste perfecto, definitivamente un lugar interesante y lindo que hasta cuando llueve resalta algo más.
Muchas gracias por tu comentario pero en el punto 6 hablo justamente de esa playa, jeje.
Saludos!
sin dudas la cultura de Asia ofrece paisajes, historias y personas que simplemente maravillan. de todas maneras, de donde soy, argentina tambien nuestro continente entrega bellos lugares.
besooo
Seguro que sí, estoy tardando demasiado en ir a Argentina 😉