Guía para viajar a Australia durante una semana/10 días: Melbourne y Sídney

Escrito por Inés
23 de febrero de 2018 9 comentarios

Viajar a Australia: Guía de Sídney y Melbourne

Guía para viajar a Australia durante una semana/10 días: Melbourne y Sídney

Los consejos que detallamos a continuación están sacados de nuestra propia experiencia personal en base a un viaje a Australia que realizamos en Diciembre de 2017, con una duración de 10 días / 7 noches y durante el cual visitamos Melbourne, Sídney y alrededores.
Es indudable que Australia, a parte de un país, es un continente en sí mismo, y que para verlo por completo harían falta varios meses. Nosotros sólo disponíamos de 10 días, así que teníamos claro que lo ideal sería centrarse en dos zonas para, por lo menos, visitar bien esas dos zonas, tomarle el pulso al país y hacernos una pequeña idea de lo que es un sitio tan lejano para nosotros como lo es Australia. No en vano, son nuestras antípodas.

Viajar a Australia

Idea de viaje y presupuesto

Es importante tener una idea de viaje clara y definida para intentar aprovechar el tiempo al máximo. Más aún si, como en este caso, se trata de un viaje corto. Dedicar tiempo en casa a decidir cosas como por dónde entrar y salir del país, zonas a visitar y cómo moverse entre dichas zonas, nos puede ahorrar no poco dinero como veremos más adelante. Nuestro plan fue entrar en Australia por Melbourne, movernos hasta Sídney en vuelo interno y volver el último día de nuevo a Melbourne para salir de Australia.
Conviene también ir haciendo una valoración monetaria de cada una de las partes de nuestro viaje, vuelos, alojamientos, desplazamientos y demás. Eso nos hará hacernos una idea aproximada del coste final al que tendremos que hacer frente.

Viajar a Australia: Tranvía City Circle

Vuelos

La enorme distancia que separa Australia de España hace inevitable que nos tengamos que mover hasta allí en avión. Como para cualquier otro viaje, hay que mirar y comparar precios en distintas webs e intentar comprar los billetes con bastante antelación (en nuestro caso fueron casi ocho meses) con la intención de rebajar el precio lo más posible. Sorprendentemente, encontramos mucha diferencia de precio entre volar a una ciudad o a otra, siendo mucho más barato hacerlo a Melbourne, por lo que esta fue nuestra primera decisión, tanto para entrar como para salir del país. Finalmente nos decidimos por volar con Emirates.

El programa de vuelo fue, 7 horas hasta Dubái, una hora y media de escala y después unas 14 horas hasta Melbourne, por lo que finalmente, el tiempo de llegada al país de los canguros se demoró más de 24 horas. Salimos de Madrid un viernes a las 14:25 y llegamos a Melbourne el sábado a las 23:20. También es verdad que ese tiempo que se pierde a la ida por el tema de los husos horarios, se gana a la vuelta. Salimos de Melbourne un domingo a las 06:00 de la mañana y llegamos a Madrid ese mismo domingo a las 19:50, pese a estar también más de 24 horas volando de regreso. Para los vuelos internos entre Melbourne y Sídney optamos por una aerolínea de bajo coste (Jetstar). La duración del vuelo entre ambas ciudades está en torno a una hora y media.

Viajar a Australia: Nuestro Airbus A380 rumbo a Australia

Dinero, tarjetas y efectivo

Una vez en el país, la primera preocupación del viajero suele ser la de conseguir dinero en moneda local, dólares australianos en este caso. En este caso nos olvidamos de las casas de cambio y lo primero que hicimos nada más aterrizar fue parar en un cajero automático (ATM) en el propio aeropuerto. Allí sacamos 700$, al cambio 514,70€. Hemos comprobado que el cambio entre entidades bancarias siempre suele ser el mejor. Este método tiene el inconveniente de las comisiones, tanto por cambio de divisa como por disposición en cajero ajeno, pero esto ya es cuestión de las condiciones que cada uno tenga contratadas con su banco. Aconsejamos sacar el máximo que permita el cajero para intentar reducir al mínimo dichas comisiones.
El uso de tarjetas está ampliamente extendido por Australia, sobre todo las de crédito, no así las de débito, que fueron rechazadas por un par de comercios al intentar pagar con ellas.

Transporte y desplazamientos

Vamos a ver cómo movernos en las dos ciudades de forma separada porqué, aunque en las dos se utilizan unas tarjetas de transporte similares, cada ciudad tiene sus peculiaridades.

En Melbourne:

Lo primero es ir desde el aeropuerto (Tullamarine) hasta el centro de la ciudad. Hay varias empresas que ofrecen este servicio, nosotros usamos el Skybus Airport Express. Lo compramos a través de su web, tiene un precio de unos 24€ por persona e incluye WiFi gratuito a bordo. Al llegar de noche y ser sábado, no había mucho tráfico y en unos 25 minutos estábamos en Southern Cross Station. Desde ahí tomamos un taxi que nos dejó en nuestro hotel en unos 10 minutos por unos 10-12 euros. El billete de Skybus es de ida y vuelta, es decir también lo utilizamos unos días después para volver al aeropuerto a coger nuestro vuelo a Sídney. En este caso, al ser a primera hora de la mañana y ser día de diario, el tráfico era mucho más denso y tardamos casi una hora en llegar al aeropuerto.

Para los desplazamientos por la ciudad en los días siguientes hay que tener en cuenta que existe una zona de transporte gratuito que abarca prácticamente todo el centro, y esto incluye algunos de los sitios más turísticos de la ciudad. Pero sabiendo esto, no está de más hacerse con una Myki Card, la tarjeta transporte de Melbourne. Se venden en muchos sitios, pero lo más fácil es comprarla en uno de los numerosos 7-Eleven que encontrarás a tu paso. Cuesta 6 euros y se puede cargar allí mismo con algo de dinero, no mucho, ya que no son muchas las zonas a visitar fuera de la zona gratuita, nosotros cargamos 10$ en cada una de las tarjetas y nos movimos hasta las playas de Santa Kilda e incluso hasta Brighton para ver sus coloridas casetas de baño.

Cuesta entender el funcionamiento de la tarjeta. Al principio no sabrás si tienes que pasarla al montar o al bajarte o si la tienes que pasar siquiera. Nosotros no lo teníamos nada claro y seguramente no lo hicimos bien del todo en más de una ocasión. Al final no es complicado y sólo tienes que tener dos cosas en cuenta. Si te mueves dentro de la Free Tram Zone (zona gratuita) no tienes que pasar la tarjeta, ni al montar ni al bajar, pero sí tendrás que hacerlo si tu destino final está fuera de dicha zona gratuita. En caso de que tengas que pasar la tarjeta, hay que hacerlo al montar y al bajar, para asegurarte de que siempre te cobran la tarifa correcta por el trayecto que hayas recorrido.

También está el Tranvía City Circle, un tranvía de los antiguos que, como su nombre indica, da la vuelta a la ciudad, es gratuito y pasa por muchos de los puntos de más interés. Perfecto para visitar la ciudad a golpe de tranvía.

Viajar a Australia: Tranvía rumbo a Sta. Kilda

En Sídney:

Sídney también dispone de su propia tarjeta transporte, en este caso la Opal Card y, aunque funciona de un modo similar a la Myki de Melbourne, tiene algunas diferencias. La más importante es que es gratuita, es decir, sólo tienes que hacerte con ella en el propio aeropuerto y cargar el importe deseado para empezar a utilizarla desde el primer momento. Y esto incluye el desplazamiento desde el aeropuerto hasta el centro de Sídney que dura unos 15 minutos. Nosotros nos bajamos en St. James Station y desde allí fuimos andando a nuestro hotel en no más de 5 minutos.

La tarjeta es válida para cualquier medio de transporte en Sídney, ya sean autobuses, trenes, metro e incluso ferris. El funcionamiento es el famoso “tap on / tap off”, es decir, se pasa al montar y de nuevo al bajar. Siempre hay que tener saldo disponible para abordar el medio de transporte deseado y existen máquinas en cada estación para poder recargar la tarjeta (“top up”). Hay revisores que se encargan de controlar que todo el mundo usa correctamente la tarjeta, y eso incluye que te pidan la tarjeta para verificar que no estás haciendo “trampas”.

Con ella fuimos en ferry hasta Manly para disfrutar de sus playas (para muchos, el trayecto hasta Manly ya es una de las mejores excursiones que se puede hacer en Sídney por las vistas tan espectaculares que se tienen de la ciudad), en tren hasta Morisset para poder ver canguros en libertad, en autobús hasta Penrith para coger el tren a Katoomba y ver las Blue Mountains. En Katoomba también la usamos en los autobuses municipales que te llevan y te traen hasta/desde Echo Point. Y una vez de vuelta en Sídney, la utilizamos para movernos por la ciudad en metro o ir en autobús hasta la playa más famosa de Sídney, Bondi Beach, que está bastante alejada del centro. Vamos, que si te quieres desplazar de forma eficiente en Sídney, la Opal es más que imprescindible.

Un consejo de uso con el que os ahorraréis algún dinerillo, intentad apurar al máximo los viajes el último día para que os deje entrar en la estación y montar en el tren con destino al aeropuerto. Si lo hacéis bien, al llegar, la tarjeta se habrá quedado con saldo negativo, pero como ya no la vais a usar más, no hay problema. Haciéndolo así, habréis conseguido abaratar el precio del billete hasta el aeropuerto.

Viajar a Australia: En el ferry a Manly

Alojamiento

El alojamiento en Australia suele ser caro, pero lo cierto es que rascándose un poco el bolsillo se puede encontrar hotel muy cerca del centro de las ciudades, lo que facilita mucho las visitas y los desplazamientos a pie. En Melbourne estábamos en pleno “Chinatown”, a poco más de 5-10 minutos andando de la zona de Swanston Street y Federation Square, lo que se puede considerar como el centro neurálgico de la ciudad. En Sídney nos alojamos en la zona de Martin Place, muy cerca de la Torre de Sídney y a unos 10 minutos andando de la Ópera.

No es normal que las reservas incluyan desayuno, en Melbourne sí que lo tuvimos (The Crossley Hotel), pero no así en Sídney (Travelodge Hotel Sydney Martin Place). Por lo demás, habitaciones de buen tamaño, buena limpieza y WiFi gratuito. Como curiosidad diremos que la habitación del hotel de Sídney disponía de una mini-cocina con microondas incluido.

En el hotel de Melbourne nos hicieron un cargo de 100$ en la tarjeta de crédito en concepto de depósito el día de llegada. Dicho cargo nos lo devolvieron el día de salida al hacer el check-out, y al estar hecho contra tarjeta de crédito no llegó nunca a reflejarse en nuestra cuenta.

Sin duda, lo mejor para buscar alojamiento es Booking. En este mapa podéis concretar las fechas, la localidad y el número de personas y os saldrán todas las opciones disponibles.

Booking.com

Comida y bebida

La gastronomía australiana es una fusión de muchas cocinas del resto del mundo, lo que es un fiel reflejo de la multiculturalidad que presenta su población. Muchas nacionalidades han llegado hasta Australia y han dejado huella en su cocina. Seguro que no nos equivocamos si decimos que en ningún otro destino hemos conseguido probar cocina de tantos sitios diferentes. Hemos comido japonés en la calle Swanston de Melbourne, chino en el barrio chino de Sídney, libanés en los Docklands de Melbourne, italiano en la zona de “The Rocks” en Sídney. Además de las socorridas hamburguesas con patatas, que además de ser “comida rápida” puede considerarse cocina internacional y nos solucionó alguna que otra comida.

Para encontrar alguna comida típica australiana nos tuvimos que ir hasta Bondi Beach en Sídney, donde, después de una tarde de playa, dimos buena cuenta de dos hamburguesas de canguro y de dos cervezas australianas heladas. Todo ello mientras veíamos como los surfistas locales intentaban “cabalgar” las olas a escasos metros de donde estábamos nosotros sentados.

Izquierda: Comiendo en “Chinatown” de Sídney.
Derecha: Hamburguesas de canguro en Bondi Beach

El día de Morisset y el de las Blue Mountains, tuvimos que comer en el tren de regreso a Sídney, y para ello acudimos a los supermercados locales para aprovisionarnos de fruta, que en Australia es especialmente fresca y rica.
El homenaje del viaje nos lo pegamos en nuestra última noche en Sídney. Queríamos probar las famosas ostras de roca y para ello acudimos a un restaurante de la zona de Circular Quay, a escasos metros de la Ópera y con espectaculares vistas nocturnas del Harbour Bridge. Allí pedimos un plato de marisco para dos personas que, entre otros manjares, contaba con unas cuantas ostras de roca con las que conseguimos matar el gusanillo. Y todo ello sin tener que pedir un préstamo ni fregar los platos después de cenar, ya que la cuenta final fue de unos 64 euros al cambio, vamos, nada escandaloso.

Viajar a Australia: Marisco en Circular Quay

Eso en cuanto a la comida, en cuanto a la bebida, lo primero que hay que decir es que, en todos los restaurantes de Australia el agua se sirve de cortesía, es decir, que se pueden ahorrar unos cuantos euros si únicamente se pide agua. Y ese ahorro no viene nada mal porque no conseguimos encontrar una sola cerveza (australiana o extranjera) que costara menos de 7-8 euros. Muy caro para un bolsillo europeo, y no digamos si ese bolsillo, aparte de europeo, es español.
Un buena noticia para los amantes del café, en los 7-Eleven se pueden comprar cafés de máquina en vaso de plástico para llevar por el módico precio de 1$.

Viajar a Australia: Fruta en Morisset

Seguridad

No podemos hablar de la seguridad en un país tan grande como Australia después de haber visitado tan sólo dos zonas, y más aún si esas dos zonas son dos de las urbes más importantes del país. Lo que sí podemos decir es que no hemos tenido ningún problema, ni nos hemos sentido inseguros en ningún momento. Está claro que Australia disfruta de un nivel económico muy superior al nuestro y eso también se nota en sus ciudades. Es muy raro ver a gente pidiendo por la calle, de hecho no lo hemos visto, y eso es algo que aquí, tristemente, está a la orden del día. En cuanto a indigentes o “homeless” sí que hemos visto alguno, pero no muchos, y sin duda muchos menos de los que se pueden ver en nuestras ciudades.

Hay policías en las calles, aeropuertos y estaciones, pero no tiene nada que ver con la presencia policial a la que nos estamos empezando a acostumbrar aquí. Hoy en día no hay ningún país en el mundo que se pueda sentir a salvo de la amenaza global del terrorismo, y Australia no iba a ser una excepción.
Aun así, nuestro consejo siempre es el mismo, sea cual sea el sitio que visites, nunca arriesgar lo más mínimo y siempre dejarse llevar por el sentido común.

Viajar a Australia: Policías cerca del Harbour Bridge. Sídney

Idioma

Inglés, o por lo menos algo que se le parece. Ya sabíamos del especial acento australiano y también de la existencia del “slang”, una jerga coloquial que los locales usan acortando las palabras y que resulta casi ininteligible para los extranjeros. Pero con todo y eso, nos ha sorprendido lo difícil que nos ha resultado la comunicación. Es cierto que nuestro nivel de inglés no es para tirar cohetes, pero bueno, siempre nos había servido más o menos para salir del paso, pues bien, cualquier intento de comunicación con los australianos ha sido un poco frustrante. Cuando ellos nos hablaban sólo “cazábamos” ciertas palabras, y cuando hablábamos nosotros con ellos, nos miraban como si les estuvieran hablando dos habitantes de Plutón. Pero bueno, no hay que alarmarse, al final siempre sale al rescate del viajero el universal idioma de los signos y la buena voluntad por ambas partes para hacerse entender.

Visado y Pasaporte

Para entrar en Australia es necesario obtener un visado, o e-visado en este caso, ya que se obtiene a través de internet y no tiene coste alguno. Lo llevamos impreso con nosotros, junto al pasaporte, pero nadie nos lo solicitó en ningún momento, ni a la entrada ni a la salida del país. Suponemos que al pasar nuestro pasaporte ya verían que teníamos el visado concedido.

En cuanto al pasaporte, nos llevamos una pequeña desilusión. Desde que tomamos la decisión de viajar a Australia, soñábamos con poder presumir a la vuelta del viaje de un sello australiano en las páginas de nuestro pasaporte, pero nuestro gozo en un pozo, los australianos han eliminado el trámite de los sellos manuales y lo han sustituido por una serie de pruebas de reconocimiento biométrico y escaneo de pasaporte. Tu pasaporte volverá de Australia con los mismos sellos que ha ido. Es una chorrada que no tiene ninguna importancia, pero a los viajeros nostálgicos nos gustan mucho esta serie de cosas.

Qué ver en Melbourne y Sídney

Australia impresiona al viajero por la grandeza de sus ciudades, por su naturaleza salvaje y por su fauna única. Son muchas las visitas y muchos los sitios que no deberías perderte en tu viaje a Melbourne y Sídney, así pues, hemos elaborado nuestra lista de imprescindibles.

Sitios que no hay que perderse

Estos son, a nuestro modesto entender, los sitios imprescindibles en un viaje corto a Melbourne y Sídney en Australia. Seguro que para mucha gente faltarán otros lugares y para muchos otros sobrará alguno, pero eso es, precisamente, lo bueno de los viajes, que cada uno los vive a su manera, adecuándolos al tiempo del que dispone y a las circunstancias de cada momento.

En Melbourne

1. Multitud de comercios y restaurantes chinos.
2. Federation Square. Centro neurálgico de la ciudad. Allí se encuentra la famosa Estación de Flinders Street.
3. Río Yarra. Animadas terrazas, vistas espectaculares de la ciudad y la Eureka Tower, el rascacielos más alto de Melbourne.
4. Santa Kilda. Playas, pingüinos (si tienes suerte), animados bares frente a la playa y el parque de atracciones Luna Park. Desde Santa Kilda también te puedes acercar en bus municipal hasta Brighton (a unos 15 kilómetros de Melbourne) para disfrutar de su playa y sus famosas casetas de baño de colores.
5. Rascacielos, restaurantes y la famosa noria Melbourne Star.
6. Zona de Parlamento. Parlamento de Victoria, jardines y la Catedral de San Patrick.
7. Biblioteca Estatal de Victoria. Preciosas salas de lectura y la mítica armadura del bandido Ned Kelly.
8. Hosiers Lane. La calle de los grafitis.
9. Santuario de la Memoria. Monumento dedicado a todos los australianos que han servido en la guerra. Desde él se tienen bonitas vistas panorámicas de la ciudad.
10. Queen Victoria Market. Gigantesco mercado. Perfecto para compras.

Viajar a Australia: Estación Flinders Street y Eureka Tower

Viajar a Australia: Melbourne desde el Río Yarra

Excursiones desde Melbourne

Sólo hicimos una debido al poco tiempo del que disponíamos, pero quizás sea la más representativa de todas las que se pueden hacer. Se trata de la Great Ocean Road, una de las carreteras costeras más bonitas del mundo que transita por el sureste australiano. En esta excursión te esperan playas inmensas, preciosos acantilados y antiguos faros. Podrás ver cacatúas y koalas (nosotros sólo vimos uno y estaba dormido) y como guinda del pastel, los famosísimos Doce Apóstoles, unas formaciones rocosas frente a la playa a las que la erosión del viento y la fuerza de las olas han dado una peculiar forma. A parte de los Doce Apóstoles (realmente sólo 8 siguen en pie), también hay otras zonas espectaculares como la playa Two Survivors o la de Gibson Steps, desde la que se tienen preciosas vistas de alguno de los Apóstoles.

La excursión la llevábamos contratada desde España y lo hicimos a través de internet con la empresa Bunyip Tours. Nos costó unos 80€ por persona e incluía el transporte en autobús, guía de habla inglesa y la comida, una especie de barbacoa australiana que pudimos degustar en un entorno espectacular a los pies del faro del Cabo Otway. Hay muchas empresas que hacen esta excursión con distintas opciones y una amplia gama de precios.

Viajar a Australia: Los Doce Apóstoles. Great Ocean Road

En Sídney

1. Ópera de Sídney. Patrimonio de la Humanidad. Preciosa a cualquier hora del día o de la noche.
2. Puente Harbour Bridge o “La Percha”. Espectacular puente en la bahía.
3. Reales Jardines Botánicos. Un enorme pulmón verde con preciosas vistas de la Ópera y el puente.
4. Restaurantes y comercios chinos.
5. Playas de Sídney. Manly Beach y Bondi Beach, quizás las más famosas y un auténtico paraíso para los surfistas.
6. Edificio Reina Victoria. Precioso edificio renacentista del siglo XIX ubicado en pleno centro financiero. Hoy en día alberga un centro comercial.
7. Paddy’s Market. Mercado ubicado en los bajos de Haymarket en el que se puede encontrar cualquier cosa que puedas querer comprar en Sídney.
8. Darling Harbour. Animada zona portuaria con rascacielos, puentes, amplios jardines y el Acuario de Sídney.
9. The Rocks. La zona más antigua de la ciudad. Muy animada por la noche. Desde ella se accede al Harbour Bridge para poder cruzarlo.
10. Hyde Park. El parque más grande de Sídney. Bonitas vistas de la Torre de Sídney. Justo al lado está la Catedral de Santa María.

Viajar a Australia: Sídney desde el Harbour Bridge

Viajar a Australia: vistas desde el Ferry

Excursiones desde Sídney

Hicimos dos excursiones. La primera fue para ver canguros en libertad. Para ello nos fuimos en tren hasta Morisset, a unos 120 kilómetros de Sídney. Una vez allí y tras una caminata de unos 45 minutos, llegamos a una explanada en la que, no sólo pudimos ver canguros, nos pudimos fotografiar con ellos e incluso darles de comer de nuestra mano. Son unos animales increíbles, pero no hay que olvidar que son salvajes, que están en libertad y que hay que tenerlos mucho respeto, sobre todo a las madres que llevan crías en la bolsa. Si lo haces así, te llevaras contigo una experiencia inolvidable y seguro que, desde ese momento, cambiará la forma en que ves a los canguros.

La segunda excursión nos llevó hasta las Blue Mountains. Hay trenes diarios que conectan Sídney con Katoomba, pero aquel día estaban haciendo obras de mantenimiento en las vías, así que nos tocó ir en bus hasta Penrith y allí coger el tren hasta Katoomba. Al llegar hay que coger un autobús municipal (muy cerca de la estación) que te lleva hasta Echo Point, un lugar desde el que se tienen unas vistas privilegiadas de las “Three Sisters”, probablemente la zona más conocida de las Blue Mountains. Una vez hechas las fotos de rigor puedes recorrer los distintos senderos que parten desde allí y que recorren el parque. Merece mucho la pena andarlos con tranquilidad, disfrutando de las espectaculares vistas que surgen en cada recodo del camino. También se pueden tomar una serie de funiculares que te permitirán disfrutar del entorno desde otro punto de vista. Nosotros, por falta de tiempo, no pudimos utilizarlos, pero tenían muy buena pinta.

Viajar a Australia: Canguros en Morisset

Viajar a Australia: Three Sisters. Blue Mountains

La gente

Lo que más nos ha llamado la atención en los australianos es su “alegría de vivir”, una alegría que se nota en sus caras, que puedes sentir en las calles y que se contagia al visitante. Está claro que no todo el mundo será feliz en Australia, eso sería decir mucho, pero sí que hay algo en la mayoría de la población que les hace resplandecer. También es cierto que en la época en la que nosotros estuvimos allí, las Navidades estaban ya muy cercanas y puede ser que parte de ese “resplandor” tuviera que ver con el espíritu navideño que lo inunda todo durante esas fechas, pero aun así, si para Hemingway “París era una fiesta”, para nosotros “Australia fue una fiesta”.

Viajar a Australia: Australia fue una fiesta

Y en cuanto a la amabilidad de la gente, por regla general han sido bastante amables, pero como siempre ha habido de todo, desde esa gente maravillosa que te ve enredada con un plano y te pregunta si te puede ayudar a encontrar lo que buscas, pasando por una pareja de Melbourne que nos intentó explicar el funcionamiento de la Myki Card en plena calle y a los que estamos muy agradecidos por ello, hasta llegar al hombre que nos atendió en un punto de información turística de las Blue Mountains y que nos despachó con un mapita y muy pocas explicaciones. Queremos pensar que el buen hombre no tendría su mejor día. Mención aparte para la dependienta de la tienda de Melbourne donde compramos el boomerang que hoy adorna el salón de nuestra casa, no dudó en salir corriendo detrás de nosotros para devolvernos la cámara fotográfica que nos habíamos dejado olvidada en su establecimiento.

Sobre nosotros

Somos Alberto y Berta, una pareja de segovianos que lleva viajando desde el inicio del milenio, es decir, ya va para 18 años. En todo ese tiempo hemos tenido la fortuna de visitar lugares en 42 países repartidos por 5 continentes. Desde Helsinki en el norte hasta El Calafate en el sur, de San Francisco en el oeste a Sídney en el este. Todos viajes diferentes pero igual de enriquecedores, y todos ellos con dos cosas en común, las mariposas en el estómago antes de iniciar cada nuevo viaje y unas ganas enormes de empezar el siguiente ya en el mismo avión que nos trae de regreso a casa.

Estamos convencidos de que esto no ha hecho más que empezar, y de que ahí fuera hay un montón de sitios que nos están esperando. Este es un mundo enorme y maravilloso, y hemos llegado a la conclusión de que es una empresa fantástica el dedicarse a recorrerlo sin parar, porque vagabundos como nosotros, nacimos para correr.

Podéis seguir nuestras andanzas en nuestra página web:

http://albertoyberta.hol.es/index.html

Y si queréis contactar con nosotros podéis escribirnos a la siguiente dirección:

ardelio.pandorin@gmail.com

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