Dubai para todos los bolsillos
¿Tienes que hacer una escala en Dubai?
Si vas a efectuar una larga escala en Dubái puedes aprovechar ese tiempo para conocer la siempre fascinante ciudad emiratí. ¡Te recogen en la terminal del aeropuerto! Solo cuesta 15€ y lo puedes reservar aquí.
Dubai es el destino excéntrico. Una ciudad rabiosamente moderna nacida de la nada en medio del desierto. La urbe de las cifras megalómanas: el edificio más alto del mundo, la fuente más espectacular, los centros comerciales más grandes… Pero en contra de la opinión generalizada, Dubai no es necesariamente un destino caro. Hay oferta para todo tipo de presupuestos. La Dubai más moderna bulle de actividad económica por su situación en el medio oriente, pero rascando un poco en la superficie del oro negro, también nos encontramos con su otra cara, la de una ciudad emergente en el aspecto cultural.
Las autoridades del Emirato llevan años centradas en diversificar su actividad económica para no depender casi en exclusiva de la exportación de petróleo y para ello han concentrado sus esfuerzos en varios sectores estratégicos, entre ellos el turístico. Así hoy, siempre hay algo que hacer en Dubai, desde visitar su arquitectura de vanguardia hasta asistir a festivales de música en las arenas del Rub al Khali, sumergirse entre decenas de galerías de arte contemporáneo o disfrutar de la mejor cocina árabe e internacional. Y lo mejor de todo: accesible para todos los bolsillos.
La ciudad que ha creado los hoteles de siete estrellas no es cara salvo en determinados lujos, el alcohol entre ellos. Se puede dormir por unos cuarenta euros por pareja en la cadena de hostales de juventud. Las habitaciones son cómodas, limpias y cuentan con todas las facilidades necesarias. También se pueden comer deliciosos platos árabes en los pequeños cafés de estilo libanés de la zona de Al Dhiyafha por unos cinco o seis euros. El antiguo zoco es un buen lugar para ir de compras y además, como buen país árabe, regatear es una obligación.
Entre las decenas de rascacielos que pueblan (con gusto dispar) el Skyline de la ciudad, el Burj-Al-Khalifa es, indudablemente, el foco de atención. La elegante aguja de 828 metros es el edificio más alto de la tierra superando a su predecesor, el Taipei 101, en más de trescientos metros. El hormigón necesario para construirlo llenaría la mitad del Santiago Bernabéu y las barras de acero que lo sustentan, una detrás de otra, llegarían desde Madrid hasta Bangkok. Se pueden reservar entradas por internet en la página oficial del Burj para acceder a la terraza más alta del edificio, a casi medio kilómetro de altura. Una vez allí, no hay un tiempo límite para bajar hasta el cierre de la torre a las doce de la noche, lo que permite subir a ver el atardecer y observar cómo la ciudad se va iluminando poco a poco.
Bajo el Burj se ubica un lago artificial que contiene la famosa Fuente de Dubai. Esta maravilla de la ingeniería ejecuta cada media hora complicadas coreografías musicales como “Thriller” del difunto Michael Jackson o temas de Celine Dion o Whitney Houston. Los chorros llegan a expulsar el agua a casi trescientos metros de altura y las más de seis mil luces que los alumbran producen un espectáculo hipnótico. Otros edificios emblemáticos son el hotel The Address, en el downtown y el Burj-al-Arab, cerca de las islas artificiales de Palm Jumeira.
Por otro lado, la ciudad del golfo Pérsico se ha convertido en un referente mundial en arte moderno. A mediados de marzo, se celebra la feria Artdubai, a la que acuden las colecciones y los marchantes más importantes de todo el orbe. La entrada ronda los doce euros y además, aunque pueda parecer una contradicción, es un buen evento para ir con niños. Los emiratíes son muy familiares y siempre cuidan de que haya facilidades para los padres y entretenimiento para los más pequeños. La urbe es, además, una ciudad plagada de galerías de arte para todos los gustos, todas concentradas en la misma zona y todas ellas gratuitas. Destacan “XVA Gallery”, con una colección permanente y exhibiciones periódicas de fotografías, “Cuadro”, orientada a la pintura, y la “Cartoon Art Gallery”, que expone arte orientado al graffiti y al cómic.
En cuanto a la música, Dubai también tiene buena oferta. Mucho tiene que ver la enorme comunidad de expatriados que viven aquí, especialmente los británicos, a los que les encanta la música en vivo. Repartidos por la ciudad hay decenas de bares y hoteles que ofrecen conciertos en directo todos los días de la semana. Aunque son más comunes géneros como el jazz o el blues, la música celta o el heavy metal también tienen su espacio en la ciudad y de hecho hasta hace poco se celebraba en las afueras de la ciudad el Desert Festival, ahora sustituido por el “Dubai Rock fest”.
Dubai se ha convertido a golpe de talonario en una de las urbes más punteras y cosmopolitas del mundo en pocos años. Claro está que no encontramos el sabor histórico de otras ciudades del mundo con un pasado medieval, pero esto no desmerece una visita a la capital del emirato porque en muchos otros aspectos puede rivalizar con cualquier capital europea y, a pesar de la fama, acorde a cualquier presupuesto.
¿Quieres saber más cosas sobre los Emiratos Árabes? Aquí tienes otro post con «datos frikis» que escribí hace tiempo, y que siguen vigentes.
Muy buen articulo Fernando,
Nos encanta leer este tipo de entradas a lo «Callejeros Viajeros» en las que explicáis y dais consejos a los futuros turistas de estas ciudades. Muy útil 😉