Momentos en los que me alegré de viajar sola

Escrito por blogger invitado
21 de febrero de 2017 12 comentarios

¿Y NO TE DA MIEDO VIAJAR SOLA?

Creo que, durante estos últimos años, la pregunta que más me han hecho ha sido “¿Y no te da miedo viajar sola?”. Me gustaría dedicarles este post a todas aquellas personas que me la han formulado. Cuando me lancé a la aventura en solitario, no tenía ni idea de que aprendería tanto sobre mí. Creo ha sido una auténtica bendición haberme enfrentado al miedoo de estar “sola ante el peligro”. Si no hubiese sido así, probablemente muchas de las maravillosas experiencias que voy a contaros a continuación no hubiesen tenido lugar.

Como siempre digo, no hay un viaje mejor o peor que otro. Todos son diferentes y tienen sus peculiaridades. Ocurre exactamente lo mismo con el hecho de hacerlos o no en compañía, con tu familia, con tus amigos, con tu pareja o con tus hijos. Viajar es maravilloso pero esos factores influyen en las sensaciones que pueden transmitirte los lugares. En mi caso, confieso que la soledad de los viajes se ha convertido en una adicción. Me encanta poder gestionar mi tiempo a mi manera y, sobre todo, decidir más o menos cuando estar sola o no. Está claro que es un profundo ejercicio de autoconocimiento.

MOMENTOS EN LOS QUE TE ALEGRAS POR VIAJAR SOLA

Estos son algunos de los momentos en los que, muy lejos de sentirme sola y desamparada, pensé que qué suerte había tenido por estar sola. De no ser así, es muy probable que no hubiese conocido gente tan maravillosa ni hubiese vivido experiencias tan intensas. ¡Allá va el TOP5!

5. HACER GRANDES AMISTADES

Cuando conocí a mi amiga viajera Jessica en Ecuador

Llevo ahora seis años viajando sola y cuando decidí en enero de 2016 dejarlo todo para irme cuatro meses de viaje, una de las paradas fue Ecuador. Nada más llegar a mi hostal de Quito, el imán que existe entre los que viajamos solos, me llevó a conocer a Jessica, una chica alemana que se iniciaba en los viajes en solitario. La vi tan perdida en aquel lugar que, muy pronto, entablamos conversación y acabamos haciéndonos muy amigas. A pesar de ser polos opuestos, resultó ser una compañera de viaje fantástica y seguimos juntas durante una semana. Las dos estábamos pasando por momentos personales “intensos” y eso dio lugar al nacimiento de una gran amistad que, a día de hoy, permanece a pesar de la distancia. De no haber estado sola, probablemente no nos hubiésemos conocido.

El inicio de una gran amistad en Ecuador

4. LA GENTE LOCAL CONFÍA MÁS EN TI

 Cuando varias mujeres iraníes me abrieron las puertas de sus casas y me enseñaron su realidad

Cuando viajé a Irán, la mayor parte de la gente pensó que estaba loca por elegir un destino supuestamente tan peligroso. Sin embargo, muy pronto descubrí que allí también se podía utilizar Couchsurfing. Intrigada con todos los estereotipos que rodean este país, decidí hospedarme con tres chicas de edades similares a la mía, con estudios, con trabajo. Vivían solas en Teherán, Shiraz e Isfahán y las tres, con un corazón enorme, me abrieron las puertas de su casa. Entré tan directamente en contacto con ellas y compartí experiencias, pensamientos y risas con ellas que probablemente no hubiese sido posibles de no haber estado a solas con ellas.

Conviviendo con la gente local de Irán

3. SURGEN MÁS PLANES INESPERADOS

Cuando me llevaron en moto por Jaipur para celebrar el Diwali

Era mi primer viaje fuera de Europa y tuve la fortuna de conocer a Arjun, el dueño de una pequeña agencia de viajes en la India. Finalmente, más que un guía, se convirtió en mi ángel de la guarda, siempre preocupado por mí (incluso a día de hoy aún mantenemos contacto). Al verme viajando sin compañía, supongo que se preocupó por protegerme. Por ese motivo, a mi llegada a Jaipur me propuso unirme a su familia para las festividades del Diwali.
¡Otra ventaja de viajar sola!

En las festividades del Diwali en India

2. CONSEGUIR SALIR ADELANTE

Cuando me vi obligada a enfrentarme a mis miedos y conducir una moto

En mis últimos viajes, incluso he llegado a sorprenderme a mí misma. Con la experiencia, está claro que uno se va adaptando más y más a cualquier tipo de situación y enfrentándose a sus propios miedos. Es probable que de ir con más gente, hubiese tirado hacia otras opciones (no soy nada temeraria) pero cuando llegué a mi hostel en Bagán (Birmania) y me dijeron que la única opción de poder llegar hasta los templos era en moto… ¡Tuve que hacerme la valiente! A día de hoy, es una de las cosas de las que curiosamente más me siento orgullosa, jeje.

Probando la moto en Myanmar

1. ENCONTRAR EL AMOR

Cuando me besaron apasionadamente en el templo de Karnak, Egipto

¡Vale! Esto no sólo puede pasarte cuando viajas sola sino también cuando estás soltera pero ¿Quién puede decir que le besaron en un lugar tan romántico? Está claro que de no haber estado en grupo, una vez más, esto probablemente no me hubiese pasado. ¿Quién dijo miedo?

Viajando por Egipto

Así que ya sabéis, viajar en solitario es sólo una modalidad más que también tiene sus ventajas. ¿Estáis de acuerdo conmigo?

Un post de Sandra Candal, autora del blog El viaje de mi vida.

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