Santo Tomé y Príncipe

Santo Tomé y Príncipe II: de ruta por el Norte

Santo Tome y Principe

 

Era el segundo día de nuestro viaje por Santo Tomé y Príncipe, no teníamos Jet-lag –sólo hay dos horas de diferencia con España– y teníamos todas las energías del mundo y las ganas de conocer este pequeño país africano. Decidimos comenzar por el norte, que prácticamente se puede visitar en una jornada. Para ello pactamos con dos motoristas un recorrido que duraría hasta el anochecer y comenzaría desde primera hora de la mañana… claro que aquí la gente se excusa bajo el ritmo leve-leve que llevan en la sangre para ser impuntuales, y el sol se pone a las seis de la tarde, lo que hace que los días sean algo más cortos de lo que estamos acostumbrados. Sea como sea aprovechamos la jornada en un recorrido que incluiría ruinas de plantaciones de cacao, playas paradisíacas, snorkel, tortugas, pueblecillos… y centollos.

 

arbol gigante

Por la carretera nacional. Comparad el motorista con el tamaño del enorme árbol.

 

Ruta por el norte de Santo Tomé

 

Roça de Agostino Neto

 Una de las mayores atracciones de la isla radica en sumergirse en su historia colonial a través de las ruinas de las antiguas plantaciones de cacao y café que hicieron que este pequeño archipiélago se convirtiera en su día en el mayor productor de estos alimentos del mundo. La primera plantación (roça) que visitamos, y la mayor del país, fue la de Agostino Neto
Aunque desde 1876 la esclavitud ha estado prohibida, aquí se realizaba algo parecido. Había un sistema de trabajos forzados a cambio de salarios bajos. Dentro de la plantación se encontraba una escuela, un hospital y otras instalaciones que hacía que la gente no tuviera que salir de esta miniciudad, trabajadores que llegaron de Mozambique, Cabo Verde y otras partes del imperio portugués. Durante estos tiempos hubo frecuentes levantamientos y revueltas, a menudo brutalmente reprimidas por los portugueses como la Masacre de Batepá en 1953, en la que muchos africanos fueron asesinados por tropas portuguesas. Esto desató el comienzo de la independencia. Finalmente en 1975 Santo Tomé y Príncipe alcanzó la independencia, pero el éxodo repentino de portugueses dejó al país prácticamente sin mano de obra cualificada, una tasa de analfabetismo del 90%, un solo médico y muchas plantaciones abandonadas a su suerte. Como me dijo el motorista: “Santo Tome y Príncipe no es independiente sino todo lo contrario, depende totalmente de las ayudas que vienen del exterior” y “Hubiera sido ideal que los portugueses nos hubieran enseñado a manejar las plantaciones para que pudiéramos seguir con ellas, pero claro, no acabamos muy bien con ellos”. Hoy en día podemos imaginar lo que fue con sus vías del ferrocarril que siguen intactas, su impresionante arquitectura colonial que aún perdura, aunque ocupada por santotomeños, y todo el conjunto de construcciones.

Hospital de la Roça de Agostino Neto

Hospital de la Roça de Agostino Neto

Muchas de las antiguas plantaciones están habitadas

Muchas de las antiguas plantaciones están habitadas

Roça Agostino Neto

Roça Agostino Neto, la plantación de cacao más grande de Santo Tomé y príncipe

 

 Playa Lago Azul

 Descansamos un ratito en esta famosa playa en la que te puedes lanzar con las aletas y el tubo para hacer snorkel. No tiene arena sino rocas y como su nombre indica, el agua es de color azul. Más vale llevar gafas de bucear porque hay bastantes erizos. Los motoristas quedaron horrorizados cuando les dijimos que en España se comen los erizos de mar –y más aún cuando nos vieron catar uno-. Acto seguido uno de ellos se subió a un tamarindo con la especial habilidad trepadora que caracteriza a los santotomeños y nos comimos algunos frutos. Comenzaba nuestra barra libre natural en un país en el que de cada 10 árboles, 5 dan frutos comestibles.
Mientras tanto, un grupo de mujeres escondidas tras unos matorrales se pusieron a cantar con todas sus fuerzas en un idioma que no entendía. Se trataba del forro, una lengua criolla de base portuguesa cuyo nombre que procede del árabe significa “esclavo libre”.

LAGO AZUL

Playa Lago Azul

 

Ponta Figo

 Ponta Figo es un humilde pueblo en el que básicamente lo único que hicimos fue parar a probar el vino de palma. Otro de los chollos que no necesitan cultivarse pues sale directamente de la palmera datilera que puede encontrarse en cualquier parte de la isla, también conocida como palma de vino. En la parte superior del árbol se hace una incisión en el cogollo más alto y se coloca un recipiente para recoger su savia (un bidón de plástico). Luego se deja fermentar brevemente para que no llegue a avinagrarse y se conserva en botellas, preferiblemente en un lugar fresco. Pero con el calor que hace, la gente se lo bebe lo antes posible.  El líquido es blanco y tiene un 3% de alcohol, personalmente no me gusta cómo huele, se puede beber pero donde esté una cerveza…

Bebiendo vino de palma

Ponta Figo

 

Monte Forte

 Aquí se nos fastidió una moto. Mientras la arreglaban, el dueño de la fábrica de chocolate y la plantación de cacao nos mostró cómo se fabrica, las planchas de secado, etc, etc. Como no es temporada teníamos que imaginarnos las semillas secándose, machacándose y realizando todo el proceso. Abrimos un fruto del cacao cogido directamente del árbol. La parte blanca se puede comer al momento y es agridulce y la semilla de la que se hace el chocolate resulta muy amarga.  El último día me llevé dos frutos que cogí en el campo e intenté hacer chocolate en casa con lo que había aprendido. Estos son los pasos que llevé a cabo, ¡Y quedó buenísimo!

Casa de santo tome y principe

     

Vamos a hacer chocolate casero:

Nota: la elaboración del chocolate es mucho más complicada que lo que voy a explicar, yo sólo utilicé los medios disponibles en una cocina normal.  😉

         1. Abrir el fruto, sacar las pepitas y lavarlas.  

 fruto del cacao

       

         2. Pelar las pepitas y ponerlas a secar al sol unos días.

pepitas de cacao

       

         3. Triturar las pepitas de cacao hasta que quede en polvo

pepitas de cacao

       

         4. Mezclar el polvo de cacao con azúcar, aceite vegetal y un poco de leche.

pepitas de cacao

       

          5. Meter la pasta en el horno hasta que se haga una masa. ¡Esto sí que es chocolate biológico!

chocolate

Ananbó

 En Santo Tomé y Príncipe no hay casi monumentos y si construyen uno, en seguida termina en un estado deplorable por la ausencia de mantenimiento. Un obelisco de piedra señala el lugar en el que desembarcaron los portugueses por primera vez el 21 de diciembre de 1470. No parece el lugar ideal pues las olas rompen con fuerza pero así fue. Aquí conocimos a “los otros turistas”, una pareja de portugueses que nos íbamos encontrando en este tipo de lugares turísticos, por definirlos de alguna manera. 
Uno de los motoristas hizo un chiste sobre negros a pesar de serlo (a lo que no sabía si reírme o no, vale, soy un poco lerda), y yo me di cuenta de que me había chamuscado. Mi color de piel no es nada práctico y bien merece burlas –de las que nunca me libro, por cierto-.

 veleros

 

Misterioso túnel

 No me explicaron nada de este lugar, pero la imagen no deja de ser curiosa. Un lugar para comenzar a ser consciente de lo lejos de todo que te encuentras; no pasa ningún vehículo y si aparece uno su conductor te saludará  muy contento de encontrarse al fin un ser humano en la carretera. Aquí abrimos uno de los muchos cocos que habían caído de estos cocoteros que parecen huir hacia el mar. El agua de coco y el fruto en sí, sin rallar y sin edulcorante, resultan para mí un manjar de dioses. A lo tonto llevamos todo el día comiendo y bebiendo, y gratis.

 

Carretera de Santo Tomé y Príncipe

Carretera de Santo Tomé y Príncipe

coco

¡Al rico coco!

 

Roça de Diogo Vaz

En la Roça Diogo Vaz se encuentra la Escuela de Artes y Oficios Diogo Vaz. El propósito de este espacio es formar a los adolescentes de la zona sin estudios en un oficio (carpintería, albañilería, cocina, idiomas, conocimientos informáticos…) ofreciéndoles también un lugar donde dormir para garantizar una formación continua. Al mismo tiempo, se lleva a cabo un proyecto de turismo solidario, donde los turistas pueden acudir allí y compartir sus conocimientos con los alumnos.

 

Roça de Diogo Vaz

Roça de Diogo Vaz

 

Comer centollos bien grandotes en Neves

 Neves es la población en la que se pescan los centollos y por tanto es el lugar en el que se pueden comer más frescos. Si bien es cierto que queda bastante a desmano. Por eso si te has quedado con ganas de más, también pueden comerse en la capital aunque no tan frescos porque tienen que transportarlos hasta el restaurante Plemuseum (cerca del museo nacional). Por 9€ comimos un centollo, cerveza y pan. Un par de horas antes hay que avisar para que los pesquen, esto ocurre en muchos restaurantes de la isla y creo que es una buena manera para no desechar pescado, sólo se pesca lo que se va a consumir.

 

Centollo de Sao tome

Centollo (santola) de Neves

 

Centro de reproducción de tortugas de Morro Peixe

 En la playa de Morro Peixe se desarrolla un proyecto solidario destinado a proteger la pesca artesanal y las tortugas de la zona. En una de sus casetas de madera se pueden ver y tocar pequeñas crías de tortuga que un día caminarán hasta el mar para ser libres. En este lugar pudimos descubrir como los más pequeños pueden entrar en una especie de locura persecutoria al descubrir que alguien ha llegado con una cámara. Además cada vez aparecían más que nos rodeaban y exigían su momento fotográfico. Esto es lo que saqué de esta experiencia. Y por mi parte, encantada de que sea tan sencillo fotografiar a la gente y que no te pidan nada a cambio por ello.

 Niñas de Morro Peixe

Niños de Santo Tomé y Príncipe

Niños de África

Niños

 

Playa Tamarindos

 Vimos atardecer en la playa Tamarindos, una espectacular playa en la que disfrutar en solitario de las maravillas naturales de la isla. Por alguna razón a los santotomeños no les gusta mucho ir a la playa, sumado al casi inexistente turismo del país, lo habitual es que te encuentres sólo en la playa. Aproveché para abrir otro coco y comérmelo, en ese punto comencé a pensar que me había creado una adicción… bueno, al menos es gratis y sano.

 Praia Tamarindo

 

A la vuelta a casa de KB tuvimos una delirante cena con varios cooperantes taiwaneses de la isla. Los había dedicados a la agricultura, a la erradicación del paludismo, trabajadores de la central eléctricas… La señor Gloria, china de nacimiento cuyos últimos 18 años había vivido en Centroamérica, había cocinado unos platos que eran mezcla de los tres continentes y mientras los saboreábamos, me intentaba juntar con uno de los cooperantes con los que compartía edad –los Tigre en el horóscopo no estamos muy bien vistos, ni siquiera somos invitados en las bodas chinas-, aunque el hecho de que se me escurrieran los palillos de entre los dedos no terminaba de convencerla. De pronto un ruido en la calle rompió la velada y comenzaron los gritos. Un chico africano y sin carnet de conducir había estrellado su moto en otro vehículo propiedad de un taiwanés. Los viandantes corrían para defender sistemáticamente al primero, mientras mis compañeros de cena se mostraban posicionados con su compatriota. La discusión se alargó hasta el infinito, ni la presencia de la policía influyó en los alterados estados de la gente. -¿Es difícil conseguir aquí un carnet de conducir?- pregunté, -¡Que va!- me contestó un chino, -Yo fui a por él y por 300€ me dieron la licencia que sirve para todo tipo de vehículos, ¡hasta puedo conducir camiones grandes!-, -pues como sea válido en Europa, vaya chollo-.

Y esto amigos, ha sido sólo el segundo día del viaje por Santo Tomé y Príncipe.

 

baobab

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