Pánico en el túnel… de Madrid
El pasado jueves 7 de marzo en torno a las 7 de la tarde me disponía a viajar en el Metro de Madrid desde Rivas hasta la última para de la línea 9: Puerta de Arganda. Un trayecto que normalmente dura unos 40 minutos se convirtió inesperadamente en una aventura de unas dos horas de duración.
Absorta en el teléfono móvil como tantos pasajeros que aprovechamos los minutos de conexión que hay hasta que el convoy se introduce en las vías subterráneas comencé a escuchar gritos de exclamación que en primer momento no desentrañaban pánico ni sorpresa. En la ventana junto a mi asiento se podía ver como caían chispas, al tener el móvil en la mano les hice una foto hasta que ese goteo se convirtió en un torrente luminoso que hizo que todo el mundo nos cambiásemos al lado izquierdo del tren. Lo que al principio hizo que la gente dijera “bah, será por la lluvia” –hay que recordar que aquel día cayó agua como para parar un tren, comenzó a asustarnos en el momento de la primera explosión. Como si de fuegos artificiales se tratara, un montón de chispas acompañadas de un sonoro ¡¡¡BUM!!! Nos puso a todos alerta.
El tren se introdujo en el túnel y hubo una segunda explosión acompañadas de gritos por el susto … y nos quedamos parados. En general el ambiente no era tenso en absoluto. Nos miramos a todos las caras preguntándonos, ¿qué estará pasando? Y aquí fue cuando descubrí que un grupo tan heterogéneo de personas atrapadas podían presentar un gran sentido del humor, al fin y al cabo no teníamos ni idea de cuándo saldríamos de ahí ni de por qué carajo habíamos visto fuego y no avanzábamos hasta nuestra parada así que solo quedaba esperar.
Un joven probablemente ingeniero nos dio su particular versión de los hechos que aunque con buena intención, los escasos conocimientos del ciudadano medio en cuestiones de electrónica hicieron que no entendiéramos ni papa. Y entonces comenzaron las bromas:
-Una turista rusa: “Vaya hombrre, para una vez que vengo de excurrsión a España, qué aventurritas me ocurren”.
-Una adolescente: “Yo lo que quiero es que vengan los bomberos y que estén potentorros”.
-La madre de la adolescente: “Eso, más les vale que estén potentorros, que con lo gorda que estoy no van a poder conmigo”.
-Un chico de gafas: “ahora es cuando aparece Bruce Willis, ¿no?”
-Un chico joven: “ ¡¡¡Que abran ya, que me tengo que casar!!!”
Otra explosión se produjo, ésta bastante más fuerte que las anteriores y no pude evitar soltar un grito por el que dos abuelos dicharacheros se estuvieron riendo de mí. Cuando saqué una botella de agua de dos litros para beber me gritaron que a ver si no tenía vino y montábamos una fiesta. Les contesté que no se rieran, que dentro de unas horas nos pelearemos por suministros y yo tenía el poder. Y así todo.
Por supuesto, nadie tenía cobertura en el móvil.
De pronto nos dieron el primer comunicado por megafonía: “Disculpen las molestias, debido a un fallo técnico los servicios en la línea 9 de metro quedan suspendidos, se reanudarán en 5 minutos”.
Risas generales, nadie se creyó lo de los cinco minutos.
Salió el conductor y nos dijo que nos fuéramos al primer vagón para proceder al desalojo pero otra explosión le impidió terminar la frase. Con el riesgo de quemarnos no íbamos a salir del vagón y en eso estábamos todos de acuerdo (excepto una chica con claustrofobia).
“Esto va a ser como Lost pero en un tren”.
Tras una espera de unos 45 minutos y tras asegurarnos de que ya no había riesgo de que nos cayeran chispas vinieron a sacarnos. Como el tren está a una altura considerable respecto a las vías y no había un andén al que apearse, tuvieron que ayudarnos uno a uno a bajar desde la puerta delantera. La pareja de abuelos dicharacheros discutieron de un modo cómico con dos ancianas sobre quiénes debían tener preferencia a la hora de desalojar el convoy y llegaron a la conclusión de que ellos ya habían vivido mucho y que los que teníamos que bajar antes éramos los jóvenes.
Todos los pasajeros hacían fotos de las vías, del desalojo… de todo en general pues no todos los días está uno parado en las tripas del metro. Un operario no hacía más que increpar a la gente con que las fotos estaban prohibidas pero nadie la hacía caso.
“¡Pero señor, que hemos estado una hora parados y queremos llevarnos un recuerdo!”
Sí, no hubo nadie que guardara el móvil y el operario se enfadó bastante.
Salimos caminando en fila india por las vías hasta llegar a una puerta que hacía las veces de salida de emergencia. En medio de un descampado, un montón de coches de Policía nos recibieron sin hablar pero enfocándonos con las luces en las caras.
Nos llevaron en taxis a la estación de Arganda y hasta en esto hubo cachondeo, los taxistas se perdieron porque realmente nadie sabía dónde nos encontrábamos.
Me despedí de algunas personas y una señora me escribió su email en un papel: “mándame las fotos por favor, que me han salido muy feas”.
Perdonadme por cómo me han salido a mí: con un móvil con poca luz, sin flash…
Una vez en casa, como en el momento del incidente nadie me había contado qué ocurría (ni operarios ni policías), les pregunté por Twitter a @Metro_Madrid. Ya se sabe, a veces el que se encuentra en casa se entera más de lo ocurrido que el que está in situ. Aunque un poco reticentes por contestar, finalmente me dijeron que se trataba de una avería en la catenaria.
Entre explosiones, incertidumbre y miedo, fue precioso ver cómo entre todos mantuvimos la compostura gracias al humor.
¡Qué importante es el sentido del humor!
despues de casi 40 años ,viajando por el metro, nunca tuve que ir andando por las vias. jajaja. chica te pasan unas cosas…..
Madre mía… ¡De película! Menos mal que quedó en un pequeño susto 🙂
Jajajajaja! Lo mejor los comentarios de la gente… geniales.
Estas son las típicas cosas que te pasan cuando vas de viaje a una ciudad que no es la tuya.
Yo creo que el metro de Madrid funciona bien, aunque es cada vez más caro, pero como te pille una avería de éstas… En fin, que lo mejor es, como hiciste tú, tomártelo con humor y vivirlo como una anécdota.
Un abrazo!!
Llevo un par de años en Madrid y nunca había tenido que salir por las vías. Lo que sí que es indignante es que suban el precio cada vez más. Al final tendré que ir andando al trabajo para que me salga rentable.
Saludos!
Va a llegar el día en que salga más barato no trabajar que trabajar.
Vaya situación más incomoda y me atrevería a decir que riesgosa has vivido. Bien haces en publicarlo, Que no se repita.
Bueno, tampoco creo que fuera un gran riesgo… O eso espero 😛
Vaya tela, menuda situación
😉
Y con esto se justifica otra subida en el precio del Metro: Ahora a tus viajes le agregamos aventura y emoción jeje
Oye, Inés, ya ni hace falta que busques aventuras tan lejos 😛
Ya ves, me salen aventuras sin buscarlas!
Jajaja, menudos testimonios. La rusa con las aventurrillas y la madre gorda y la hija pensando en los bomberos potentorros! jajaja
Confieso que después de tanto rato de espera, también me imaginé a los bomberos…
Joder. Menuda aventura. Yo a las primeras chispas me cago por la patilla!
precioso nick 😛
Vaaaaaya susto!
Qué pena Madrid que se están cargando los servicios públicos.
Saludos viajeros
El LoBo BoBo
La verdad es que suben los precios, y en cada estación me encuentro escaleras mecánicas variadas y otras cagadas… No se en qué emplean esa subida.
Vaya aventura!!!! Lo raro es que la gente no se pusiera histérica. Lo de que no te den una respuesta clara suele ser bastante habitual por desgracia.
Nadie se puso histérico, lo que hizo que tuviera su gracia esto de quedarse atrapado.
Si lo que no te pase… jejejejeje… Metro de Madrid siempre a nuestro servicio.. con transparencia!
Creo que paso tanto tiempo en el metro que por estadística algo me tenía que ocurrir.
Muchas gracias por enviarme el enlace y por lo bien que lo has contado todo. Ana Dominguez
Guardé muy bien el papelillo con tu email que me diste. Que o se diga que soy una despistada que pierde las cosas!
Vaya odisea, en nuestra línea 9 del metro, menos mal que todo salió bien.
Estupenda crónica periodística en directo Inés.
Uso la línea 9 porque es la que pasa por donde vivo, ¡vaya miedito!
Mucho sentido del humor a pesar de que la procesión fuera por dentro, las chispas y el parón deben asustar. Surrealista lo de salir por esas escaleritas de emergencias al descampado, pero al menos tuvieron la deferencia de poner taxis, anda que si os dejan allí tirados en mitad de la nada…
Saludos.
Pues vaya aventurita, para que después digan que uno se aburre en casa.
No sé lo que pasa con la catenaria que siempre tiene la culpa de todo y eso que es una de las curvas más bonitas que hay:
Catenaria es la curva que describe una cadena suspendida por sus extremos, sometida a un campo gravitatorio uniforme (Wiki dixit).
Me ha encantado el pasaje: «Cuando saqué una botella de agua de dos litros para beber me gritaron que a ver si no tenía vino y montábamos una fiesta. Les contesté que no se rieran, que dentro de unas horas nos pelearemos por suministros y yo tenía el poder»…. el inicio de un buen guión de peli.
Qué miedo..me horroriza la idea de andar por las vías del metro… Pero bueno, os lo tomasteis fenomenal 🙂 Por cierto, soy @arobedpalo. Abrazo
Me parece que lo que desencadenó tanta guasa fueron las eruditas explicaciones del ingeniero. Los españoles somos así.
Digna historia para una película. Podría ser protagonizada por Bruce willis tranquilamente eh! (Rescate en el metro 123?).
Saludos!
Menudo post te has sacado de la nada. Es realmente original y está narrado muy muy bien. Vaya experiencia y vaya yuyu!!
Un abrazo.
¿¿Cómo que de la nada?? Lo que hay que oír…
Disculpa, Inés. Me expresé muy mal. Me refería a que no es de ninguno de tus excelentes relatos de grandes viajes y que sabes que sigo asiduamente. Este es diferente, basado en una experiencia única y distinta (cambio la expresión «de la nada» por «única y distinta»). Me refiero a tu elevada capacidad para escribir adecuadamente emociones vividas en cualquier momento. Sabes que me encanta tu blog y comento bastante. De veras, lamento si herí tu sensibilidad. Este post es muy chulo y me ha gustado, de echo, lo leía casi con el corazón en un puño.
Reitero mis disculpas.
Un saludo.
Que no pasa nada. Era broma! esto de que se oiga el tono jocoso en el intenné no mola. Saludos!
Menuda aventura! Menos mal que os lo tomasteis con humor.
Me ha encantado la forma de contarlo, no pude parar de leer.
Un abrazo.
Ese es el espíritu!
Bueno por lo menos la gente estaba graciosilla y pudisteis comprobar que los sistemas de evacuacion funcionan, jejeje. Que nostalgia el ver imagenes del metro de Madrid ….. Un saludo Inés
Cierto, ahí nadie perdió el sentido del humor, cosa que se agradece,
Vives en una aventura continua!!! Qué envidia!!
O más bien, como dice Antonio Ruiz, me he sacado un post de la nada 😛