ESTAMBUL, Turquía
Excursiones en Estambul
En esta página española seleccionan las mejores excursiones que se pueden hacer en Estambul así que recomiendo que les echéis un ojo. Muchas de las actividades son con guía en español y en temporada alta, es mejor contratar las salidas con unos días de antelación.
Aquí se pueden reservar incluso los famosos Free Walking Tours, ¡son gratis y los hay en español!
Mi viaje a Estambul
Participantes: Los Fernández Tuesta (padre, madre, hermano y yo).
Este es un viaje excepcional. Estoy acostumbrada a dormir en aeropuertos, compartir habitación con desconocidos, meterme en casas de gente, padecer interminables escalas, comer poco y a hacer el pino con la oreja. Esta vez viajamos de lujo debido al 30 aniversario de mis padres, agravado por el cumpleaños de mi hermano y quizá, porque el mes que viene me voy un año a trabajar a Alemania.
Tomamos un vuelo directo Zaragoza- Estambul, pues en Semana Santa añaden destinos como Túnez, Praga o Malta.
Al llegar al aeropuerto turco hay que pagar 10€ si eres español (concepto de visado) y a continuación hay que esperar otra fila para revisar el pasaporte. El proceso puede tardar un buen rato, pero no hay elección. Lo bueno es que no es necesario llegar con el visado sino que te lo hacen aí mismo.
Nuesto alojamiento en Estambul: el Hotel Barceló. Baños turcos, piscina, TV con canales internacionales y un desayuno que hace que una no se fije en los miles de puestos de comida durante el día. No recuerdo la última vez que dormí en un hotel. Pero no os asustéis, no hemos perdido la esencia y puede que lo que escriba a continuación os sirva como una pequeña guía de la única ciudad entre dos continentes, Estambul.
Cuando llegamos a la ciudad turca las dos de la mañana, las tiendas y los establecimientos de kebabs seguían abiertos y se podía ver gente por la calle; imaginaros durante el día, 15 millones de habitantes y una ingente cantidad de turistas, sobre todo españoles. Como una señora cordobesa me comentó “Parece que han volcado España sobre Estambul”. Lo bueno es que éstos se concentran en los monumentos y en lugares turísticos y basta con callejear un poco para alejarse de ellos y sentirse explorador (qué simples somos).
El primer día fuimos al palacio de Topkapi , construido en el siglo XV, poco tiempo después de tomar Constantinopla. El palacio, rodeado de exquisitos jardines, tiene diferentes salas como la de los tesoros, en donde se guardan las pertenencias de Mahoma y un hombre lee el Corán continuamente. También merece la pena asomarse a mirar la biblioteca de Ahmet II y el harén en donde vivían las esposas del Sultán. Como la casa Playboy, pero en otomano (la entrada se paga a parte, 10 TL).
Tened en cuenta que no estoy hablando de una situación tan remota en el tiempo. Por entonces solía haber en torno a 1000 concubinas y no fue hasta 1909 cuando salió del harén la última mujer.
Una de las ventajas con las que se encuentra el viajero al visitar Estambul, es que lo más destacable se encuentra en la misma zona y por tanto, resulta bastante sencillo realizar un recorrido a pie. Así que de aquí fuimos caminando a la Cisterna de la Basílica.
La entrada se encuentra un poco escondida, junto a la basílica de Santa Sofía, pero si preguntas a algún lugareño la encontrarás. Se trata de una enorme construcción subterránea del año 532 utilizada para almacenar agua. El turista sólo puede ver un tercio del recinto, y eso que ya es bastante grande. No hay que perderse las columnas con cabezas de Medusa. Esto se debe a que los bizantinos utilizaron materiales procedentes de edificios anteriores.
La familia hicimos una parada para comer un Kebab y probar la bebida típica de aquí, el Ayran. Se trata de una especie de yogur líquido salado que a mí me recordó a un zumo de queso de Burgos.
Una vez matado el gusanillo seguimos caminando, pero no mucho porque como ya he dicho antes, está todo cerca.
La plaza de Sultanahmet, la más turística porque, rodeando jardines de tulipanes, se encuentran mirándose entre sí la Basílica de Santa Sofía y la Mezquita Azul.
La Mezquita Azul es enorme, equilibrada, magnífica. La que más me ha impresionado aunque hay otras en Estambul que tampoco se quedan cortas.
Los hombres se lavan los pies antes de entrar a la mezquita y las mujeres se cubren la cabeza, yo no iba a ser menos. De todos modos agradezco que, a difernecia de otros países árabes, aquí me han permitido la entrada en todas las mezquitas. A la salida, mientras me estaba volviendo a calzar las zapatillas, dos señores se acercaron a hablarme en turco. Como no entendía nada me preguntaron si era árabe. “No… I´m spanish…” De pronto me dí cuenta que aún seguía con la cabeza cubierta y me dio corte quitarme el velo delante de ellos mirándome, tenía la extraña sensación de que me iba a desnudar.
Nada mejor para terminar el día como un crucero por el Bósforo al atardecer.
Si te paseas por el puerto de Eminou, te ofrecerán un pasaje para este recorrido al grito de “Bósforo, Bósforo, Bósforo…”. Intenta decirlo rápido. El viaje dura en torno a una hora y se puede ver la mezquita de Ortakoy, el palacio de Dolmabahce y el puente del Bósforo, el único que une Europa con Asia. Por ver, vi hasta delfines.
Iniciamos la segunda jornada del viaje en el antiguo Hipódromo en donde pudimos ver un monolito egipcio y otro romano. A esta ciudad no le falta historia. La gran diferencia entre ambas es la siguiente: el monolito egipcio es de una pieza. Lo tallaban en el suelo y después había que levantarlo. Los romanos son más prácticos y lo construyeron por bloques.
Tomamos el maravilloso tranvía por sólo 1,40 TL y nos plantamos en el espectacular palacio de Dolmabahce. Las visitas se realizan con guía en inglés y en la entrada te dan un folleto explicativo en español de cada estancia, así que no hace falta que aburra a las avutardas contando todo lo que hay aquí, toda una excesiva muestra de poder y pomposidad.
En resumiendo, se trata de un palacio del estilo de la realeza europea; barroco y rococó muy recargado con objetos inmensos y dorados, lámparas gigantes de araña (aquí se encuentra la mayor de Europa), terciopelo, tapices y una gran escalera de barrotes de cristal inglés. También hay un harén y unas estancias en las que vivió Ataturk. Cómo no, el palacio se encuentra rodeado de jardines perfectamente floreados que dan directamente al mar.
En frente del Dolmabahce, hay una calle muy empinada que te traslada a la plaza Taksim. Un alborotado lugar en cuyo centro alberga el monumento a la Independencia que representa a Ataturk. Ataturk significa “Padre de todos los turcos”, -¡Vaya humos!-.
Hay muchos puestos de flores de todos los colores, ¡incluso llegué a ver rosas azules y negras! Callejear por los alrededores también es interesante para encontrarte peculiares comercios y señores jugando al Backgammon.
Siguiendo la ruta del pequeño tranvía antiguo que para en la plaza Taksim, alcanzamos la famosa Istiklal Caddesi. Una interminable avenida repleta de tiendas de todo tipo y mucha, mucha gente. Un callejón en donde se reúnen las tiendas de instrumentos unen ésta con la Torre Galata. Estas son las vistas que pude admirar en lo alto de la torre que domina la ciudad.
La Torre Galata la construyeron los venecianos para vigilar el tránsito marítimo. Mide 60 metros de altura pero no os preocupéis, tiene ascensor. Desde lo alto se tienen unas magníficas vistas de la zona del Cuerno de Oro. No apto para personas con vértigo (mi padre y mi hermano, que estaban blancos). Dicen que un hombre saltó desde aquí con unas alas fabricadas y que llegó a un pueblo de los alrededores de Estambul.
Terminamos el recorrido en la Mezquita Nueva, junto al puerto y nos vamos a cenar al barrio de pescadores. Venden el pescado tan fresco que vi una bolsa moviéndose sobre una báscula para vender. Estaba llena de peces aún vivos y coleando. También se puede comprar pescado cocinado, claro, y para eso hay muchos restaurantes que intentan captarte para que cenes ahí. En uno nos dijeron “Aquí comió el Antonio Bandeas turco, mucha carisma”, o “Marta Sánchez, Bustamante, Zapatero y Sonsoles comieron aquí”. Los turcos tienen siglos y siglos de experiencia como comerciantes y se nota.
A la vuelta a nuestro hotel, como se nos había hecho tarde, tuvimos que comprar el ticket de tranvía en un Kebab. Se me ocurre un sketch tipo “las empanadillas de Móstoles” mezclando kebabs de ida y vuelta con salsa de tranvía…
Tercer día de nuestro viaje por Estambul: visitamos por fin a la Basílica de Santa Sofía, en la zona de Sultanahmet. Esta basílica construida en el siglo VI era bizantina, pero cuando fue conquistada por los musulmanes, Solimán el Magnífico en vez de destruirla, la modificó añadiéndole minaretes. Por eso en su interior podemos ver tanto mosaicos cristianos como tondos caligráficos (los cuadros circulares con nombres árabes).
Cambiando de tema, Estambul ha sido un punto estratégico en el comercio de las especias. Junto a la Mezquita Nueva se encuentra el Bazar de las especias, que fue construido con los impuestos de las importaciones egipcias. Ahora venden también otros comestibles, bisutería y sobre todo te y especias. Los comerciantes, más listos que el hambre, saben que no hay nada mejor como caer bien para vender más; y muchos se centran en los posibles clientes españoles. ¡Incluso uno me sacaron un cachirulo cuando le dije que era de Zaragoza!
Junto al Bazar de las Especias hay muchos más comercios y se suelen juntar por gremios. Por ejemplo, justo a la izquierda –mirando desde el puerto- se encuentra un bazar de animales en donde puedes comprar gallinas, peces, perros o sanguijuelas –vaya simpático animal-.
Antes de llegar al Gran Bazar pudimos contemplar la mezquita de Suleimaniye, en cuyo cementerio se encuentra el mausoleo del sultán Suleymán el Magnífico, el más rico y podersoso del Imperio otomano. También echamos un vistazo a la universidad de Estambul en la plaza de Beyazit (desde fuera del recinto, porque no permiten la entrada a los turistas), que tiene unos jardines que ya los quisiera cualquier estudiante para fumarse clases; y una puerta de entrada imperial. ¡Fue fundada en el año 1453!
Vámonos de compras al Gran Bazar, uno de los bazares más grandes del mundo con 58 calles y 4000 tiendas. Aquí no solo se puede comprar, sino también comer, tomarse un te y antiguamente hospedarse en un caravanserai; uno de esos sitios en donde los comerciantes podían aparcar el burro a mitad de viaje y descansar un rato. Un micromundo en el que tanto comerciantes –de entrecejo y bigote frondosos- como compradores agudizan el ingenio para timar y no ser timados respectivamente. Normalmente hay que regatear y a ellos les gusta bromear en español, así que el regateo se hace entre risas. Mientras caminaba por esta galería me dijeron todo tipo de cosas, si es que son unos cachondos estos turcos:
-“Holaaa, ¿quieres comprar tonterías?”
-“Aquí engañamos menos”.
-“¿Quieres gastar tu dinero aquí?”
-“Aquí estuvo la niña de Rajoy”
-“¡Holaaa Mari Carmen!”
Por lo visto a los españoles se nos reconoce muy fácilmente.
Por mi parte, mi fui del Gran Bazar con algún bolso y el collar de rigor que compro en cada viaje.
Esa noche mi hermano cumplió veintisiete años una hora antes de lo habitual y el viaje llegaba a su final –y rima-. Fue curioso porque durante una hora no recibió ninguna felicitación, pero nosotros lo celebramos con una cervecita.
Por la mañana teníamos poco tiempo antes de tomar el vuelo a Zaragoza y dimos una vuelta por la zona del hotel hasta llegar a la iglesia de San Salvador de Chora. Una iglesia bizantina construida en el año 413. Por el camino veíamos edificios destrozados, escombros como si nadie se fijara en este lado de Estambul, pero no faltaba entre tantas ruinas, su mezquita.
Amo Turquía, todo lo que en ella se encuentra es increible, en mi caso una de las cosas que me ayudó mucho fue tomar un free tour in Sultanamet, sé que lo hacen todos los días, sus guías son muy amables y hablan muy bien español, algo que me dejó realmente sorprendida… bueno, como les conté es un tour totalmente gratis,súper recomendado para empezar a conocer la ciudad. Aquí les dejo el link por si se animan a tomarlo http://www.viaurbis.com/tour-gratis-estambul.html?c=tour-gratis
Son super bonitas las rosas inés!
Hola a todos!
Soy Burak Ekici, licenciado y guía profesional en Cappadocia-Turquía.
Me encanto su página, ustedes cuentan con información muy buena y beneficiosa para el viajero.
Por si deciden venir a este mágico lugar, pueden contactarme con todo gusto, yo puedo ser su guía mientras esten acá como: rutas, ciudades y lugares de interés, excursiones, etc.
Lo más importante es que el viajero quede satisfecho al conocer mi país.!!
Muchas gracias y buen viaje.
burakekici123@gmail.com
+905549976427
Como diría una guía de viaje: ” Estambul no se puede describir con una sola palabra!”. De hecho, es cierto, cuando me uno pregunta cómo es Estambul, la respuesta es muy amplia. Imposible describir la ciudad más grande de Turquía con pocas palabras. Visitar Estambul resulta una experiencia caótica, multicultural, moderna, antigua, hermosa… y voy a parar aquí, pero se podría continuar. Lo que es seguro es que una escapada en Estambul es un plan ideal para un fin de semana o un puente.
Excelente recorrido, muy completo!
Hola,
Tienes un vistazo bueno.
Saludos.
Muy buenas fotos, y buen clima.
Me gustaría ir a ese país algún día
me ha gustado much
Me ha gustado mucho las fotografías atentamente
Turquiames maravillosa
Muy buen relato Inés. Me encantaría viajar a Estambul. Tanto por conocer los restos de las Culturas Bizantina y Otomana (Soy estudiante de Historia) como por mi otra pasión, las pipas de agua -nargile en turco-. Por lo que he visto en una de tus fotos del bazar venden pipas realmete buenas (Elmas Nargile), que comprarla por internet vale una pasta, y seguro que allí por 50 o 60€ la puedes conseguir.
Gracias por tus artículos de todo el mundo, te sigo desde hace un año aprox.
Este verano me voy unos días con mi familia a Estambul y ahora que estoy informandome y tal ha sido interesante leer tu experiencia allí y ver las fotos 🙂 voy siguiendo tus pasos jaja
Estambul es una ciudad increible. Estuve allí hace unos años y tengo ganas de vovler pronto. Gracias por la información del post!
Buen relato! Parece que aprovechaste al máximo el tiempo durante tu estancia en Estambul. Te recomiendo cuando puedas una escapada por el resto de Turquia, que tiene bien poco que ver con esa gran ciudad. Tengo un par articulillos en mi blog sobre Estambul. A lo mejor encuentras algo que te suena familiar…
A seguir viajando!!
Interesante relato. con mucha información e instructivo, buenas fotos y muy ameno.
te he añadido a mi blo g de viajes. Leeré el tuyo con calma.
un saludo.
Gracias por el link
Abandonaros?? Eso nunca! Desde la ciudad de Münster viajaré a Holanda, Bélgica y países Escandinavos, o eso intentaré!
Danke, Miguel.
holaaa Inés, a que sienta bien de vez en cuando viajar asi??? je je.
Que guay lo de alemania, me alegro mucho por tí, espero que no nos abandones del todo y continues con el blog, que me parece un pasada.