Probando el esquí adaptado en Cerler
Si el año pasado estuve cuatro días por Zaragoza en silla de ruedas (con todas sus consecuencias), a mi amigo Miguel Nonay de Viajeros sin Límite se le ocurrió el fin de semana pasado ponerme a prueba de otra manera : ¡Nos hemos ido a Cerler a probar el esquí adaptado! Ha sido una experiencia muy diferente al esquí habitual, casi como volver a aprender.
Este año he aprovechado mucho la temporada de esquí, he pasado por estaciones de Lleida, Aragón, Sierra Nevada y Andorra… hasta he hecho esquí de fondo. ¿Pero quién me iba a decir que terminaría la temporada de nieve esquiando en silla de ruedas? Os cuento qué tal me fue durante esta divertida jornada:
En la estación de Aramón Cerler el forfait y el curso cuestan lo mismo independientemente de si el esquiador tiene o no discapacidad física. Junto a las taquillas se encuentra la fundación Handix que se encarga de los cursos y el material de esquí adaptado.
Mi ignorancia era tal que ni siquiera sabía que hubiera varios tipos de esquíes adaptados: hay muchas variedades pues no es lo mismo carecer de una extremidad o parte de ella que padecer de parálisis cerebral, por poner un ejemplo. Nosotros probamos tres:
–Silla dual: si sabes esquiar puedes moverte de manera autónoma, si no, necesitas un monitor como fue mi caso pues el hecho de saber esquiar de pie no pareció influir mucho en mi talento. Primero me senté en una silla y con unas correas me sujetaron bien las piernas y el abdomen al aparato. Con los brazos manejaba una especie de bastones que se deslizan para no perder el equilibrio. Fracasé en el intento, el monitor tenía que ir detrás de mí ocupándose de que no me cayera, pero una vez quieta mientras esperaba a que Miguel bajara, me caí torpemente… ¡Me tuvieron que levantar!. En fin, no es sencillo pero es la mejor manera de esquiar si se tiene movilidad reducida porque te permite ser independiente. Al final todo es práctica, recuerdo que las primeras veces que me puse unos esquís me pasaba también todo el día en el suelo.
–Silla Tandem: aquí no hay que hacer nada de nada, simplemente relajarse y disfrutar por lo que es la silla ideal para aquellas personas que tienen grandes discapacidades. El monitor se encarga de bajarte por la pista y además no se corta un pelo en cuanto a velocidad. Por si fuera poco, el hecho de estar próximo al ras de suelo hace que la sensación de celeridad sea mayor. ¡Como una montaña rusa!
–Silla Kart: con esta silla también puedes ser autónomo pero es más estable, sobre todo si tienes en cuenta que el monitor te controla con una cuerda. Los esquís se manejan con las manos mediante dos palancas, se ve que no estoy entrenada porque a ratos me tenía que parar a descansar un poco los brazos. Bajé una pista azul a una velocidad más que digna.
La utilizan los esquiadores con parálisis cerebral.
A continuación podéis ver cómo fue nuestra experiencia en este vídeo:
Hola de nuevo!
Espero no parecer pesado jeje.
Estoy leyendo varios artículos y la verdad que algunos me han gustado mucho. Ya sé cual va a ser mi próximo destino 🙂
Pero al ver este post, tenía que comentar sin duda alguna. Me encanta esquiar aunque solo he ido a Andorra y a Sierra Nevada.
Sin duda alguna, me parece una genialidad lo del esquí adaptado, y espero algún día poder ayudar a otras personas a hacerlo. Para eso, primero tengo que probar la experiencia!
Un abrazo
De pesado nada! Muchas gracias por leerme y por comentar!
Tras una operación en la rodilla tuve que dejar de esquiar. A lo mejor me animo con el esquí adaptado y vuelvo a disfrutar de este deporte.
Pedazo de experiencia!! Nunca me había planteado esto del esquí adaptado!
gracias por compartir esta experiencia, buenas fotos