MARRUECOS-ESSAOUIRA: Arte, música y kitesurfing
Las murallas de Essaouira desde el frontal rocoso en la orilla del mar.
En la costa Atlántica, a apenas dos horas y media desde la bulliciosa Marrakech, o cinco desde la capital, Casablanca, se encuentra una de las ciudades más apacibles y bonitas de Marruecos: Essaouira, también conocida como Mogador. Refundada en 1765 por el sultán Mohammed III siguiendo los preceptos de la arquitectura militar europea, la medina de Essaouira es hoy patrimonio de la humanidad por la UNESCO y sus aledaños la convierten en una ciudad con una oferta envidiable tanto para turistas como deportistas, mochileros y amantes de la cultura en general.
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Mi viaje a Essaouira
No existen vuelos directos desde España a esta ciudad marroquí, pero es fácilmente accesible en cómodos autobuses de la compañía Supratours desde Marrakech. El precio es de 55 dirhan (cinco euros) y asegúrate de que es un autobús directo. En la estación te dirán que hay a todas horas pero éstos van parando en cada pueblo y el viaje puede hacerse eterno. Los buses directos salen a las 6:00, 12:00, 16:00, 17:00 y 18:30. Algunos de ellos solamente operan en verano (concretamente el de las 16:00 y 18:30) y, tanto a la ida como a la vuelta, intenta comprar el billete con antelación si tienes clara la fecha. En época estival es una ciudad bastante concurrida y los buses se llenan con facilidad.
La terraza de nuestro alojamiento ofrecía un magnífico sitio donde relajarse y donde desayunar por la mañana.
Es fácil encontrar alojamiento para todos los bolsillos en Essaouira. Nosotros nos alojamos en una habitación doble el Riad Etoile d’Essaouira, un bonito hotel en el centro de la medina con una fantástica terraza en el piso superior (45 euros la noche, baño individual y desayuno incluido). Una vez alojados, recogimos nuestras cámaras y demás bártulos y comenzamos a trajinar por la ciudad.
Essaouira es patrimonio de la humanidad porque su medina es completamente distinta a cualquier otra, no solamente en Marruecos, sino en todo el mundo. En 1765, el Sultán Alaouita Sidi Mohamed ben Abdellah, o Mohammed III, para abreviar, estaba un poco harto del aislamiento marroquí al mundo así que tomó la sabia decisión de contratar al ingeniero militar francés Theodore Cornut para que hiciera del antiguo puerto portugués de Mogador una ciudad cosmopolita abierta al atlántico. El sultán deseaba un puerto amplio desde el que pudiera comerciar con las potencias europeas. El objetivo era levantar una ciudad de entre la arena y el viento. Construirla de cero. Hacerla salir del estado ruinoso en el que se encontraba Mogador. Cornut, que había trabajado en la fortaleza de Avignon, estaba fascinado por el nuevo estilo de fortificaciones europeas como la de Saint Maló, en Francia. Pronto se puso el francés manos a la obra, dejando un resultado cuando menos sorprendente. Inicialmente llamada Saouira (la pequeña fortaleza) pasaría pronto a ser llamada Es-saouira (la bellamente edificada).
Paseando por las murallas de Mogador al atardecer. A la derecha, una enorme hilera de cañones que protegía Essaouira de los ataques corsarios y Europeos.
Construida sobre dos ejes o calles principales, la medina se divide en barrios cuadriculados donde se aprecia también el clásico entramado de callejuelas marroquíes con sus eternos vendedores y comerciantes copando cada centímetro cuadrado con sus mercancías, pero todo construido con un orden para facilitar la defensa militar en caso de ser necesaria. Aquí, al igual que en Meknès, y al contrario que en Marrakech o Fez, los mercaderes no asedian a los turistas, intentando embaucarles y encasquetarles cualquier bagatela. De hecho una de las principales características de la ciudad es la profusión de artistas que se pueden encontrar en dos ramas principales: la marquetería y la pintura.
Desde hace varios siglos los habitantes de esta zona atlántica se han dedicado a la talla de madera, especialmente la thuja o tuya (aunque también el ébano y el limonero), una madera suave, liviana y que otorga un olor característico a toda la medina. Hoy se pueden encontrar autenticas joyas talladas a mano, desde llaveros a armarios pasando por sillas, cajas, tableros de ajedrez y objetos cotidianos. También están labradas en estas maderas las puertas de las casas de la ciudad, otorgándoles una profusión de formas y tamaños diversos, originales y especialmente bonitos.
Tienda de objetos de marquetería tallados en Thuya. Fotografía por Michel27.
Por su parte, la pintura es una vertiente más moderna. Essaouira siempre atrajo a artistas de todo el mundo y de muchas ramas, como Orson Welles, Jimmy Hendrix, Bob Marley o María Callas pero es la pintura la que se lleva «el gato al agua» como quien dice. Sus artistas, inicialmente autodidactas y sin formación, mezclaban la pintura contemporánea con estilos Naïf e inspirados en la cultura gnawa (más adelante explicaré esto). Los lienzos son multicolores y fuertes, a veces agresivos pero siempre sorprendentes. Existen diversas galerías de arte repartidas por la ciudad donde podrás admirar y comprar este tipo de cuadros.
Mohammed III sabía que para que su nuevo puerto atrajera a los comerciantes extranjeros debía «flexibilizarse» y ofrecer algo a cambio. Además de cerrar el sureño puerto de Agadir para forzar el tráfico marítimo a pasar por su nueva ciudad, fue construido un barrio cristiano donde alojar a los embajadores extranjeros y un barrio hebreo. El sultán, conociendo las capacidades de comercio innatas de éstos, deseaba que los judíos marroquíes, joyeros principalmente, se instalaran aquí. Essaouira fue un importante centro multicultural y la capital diplomática de Marruecos hasta los inicios del siglo XX. El sultán había consiguió su objetivo y durante doscientos años Essaouira se convertiría en uno de los principales focos comerciales de Marruecos, pero la ciudad sufriría un golpe final entre 1948 y 1967 cuando la mayoría de los comerciantes judíos abandonaron la ciudad para emigrar al recién creado estado de Israel, Canadá y Francia. Hoy en día aún se pueden visitar la Mellah (el barrio judío), diversas sinagogas y el cementerio, aunque la falta de fondos y el duro clima están haciendo mucho daño a los viejos edificios.
La plaza Moulay Hassan. Repleta siempre de gaviotas. Los «infames» restaurantes de pescado a la derecha.
Essaouira es conocida mundialmente también por acoger el mayor festival internacional de música Gnawa. Los Gnawa eran un pueblo procedente de la franja del Sahel (Malí, sur de Mauritania, Senegal…) que tenían relaciones comerciales con los reinos musulmanes de Argelia y especialmente del Marruecos, y con los que comerciaban oro y esclavos. Los Gnawa llegaron a adoptar el Islam, pero siempre conservaron muchos de sus ritos animistas y se los creía (y cree) particularmente dotados para la medicina mediante cantos hipnóticos que pueden llegar a durar horas apoyados por castañuelas, guitarras de tres cuerdas y percusión. Desde 1998 en Essaouira tiene lugar el «Woodstock marroquí». Aunque este focalizado en música Gnawa, también hay conciertos de rock, blues, jazz y reggae y se calcula que atrae alrededor de 450.000 personas cada año. Los conciertos son tanto gratuitos, en las calles y plazas, como de pago en distintos auditorios. El festival tiene lugar a mediados de Junio y podéis encontrar más información aquí.
Por último, Essaouira es conocida por el kitesurf. La bahía de la ciudad está protegida del fuerte oleaje atlántico por la isla de Mogador, donde antaño se alzaba la cárcel portuguesa. El mar casi plano unido al Sharqi, el fuerte viento procedente del Sahara que sopla de media 350 días al año, la convierten en un sitio ideal para la práctica de este deporte. A lo largo de la bahía se pueden encontrar diversas escuelas y tiendas donde alquilar material para la práctica del Kitesurf. También es posible hacer surf en las playas al norte y sur de la ciudad, ya que estas están abiertas directamente al Atlántico. No recomendaría esta playa para el baño en general por las condiciones de viento y porque es muy normal que el mar esté plagado de algas al estar la bahía relativamente cerrada a las corrientes.
La playa de Essaouira es bastante grande y está protegida de las corrientes y el oleaje por la isla de Mogador. No es excesivamente profunda y es segura para los niños, aunque las excesiva cantidad de algas en ciertos momentos puede molestar.
Como curiosidad os comentaré que Essaouira es famosa también porque en la plaza del puerto hay multitud de pequeños «restaurantes» abiertos al mar donde se puede comer pescado del día asado acompañado de una (escasísima) ensalada y un refresco (caliente). Bueno: No comáis ahí. A pesar de que los precios del pescado están marcados en ambas entradas, los dueños de los restaurantes intentarán venderos una comida completa a precios bastante inflados. El pescado es asado sin ser limpiado no ya de piel (cosa normal, por otro lado), sino de escamas. Los gatos y las gaviotas campan a sus anchas y el suelo está lleno de desperdicios que son «barridos» con mangueras. En general el ambiente es bastante sucio y desagradable. Además de eso sufrimos en uno de ellos un episodio bastante machista intentando regatear el precio de la comida. Por lo visto a uno de los dueños no le gustó demasiado que Inés tratara de hablar con él sobre el precio e, ignorándola deliberadamente y lanzándole miradas bastante torvas, se dirigía únicamente a mí, intentando sacarme 20 euros por una dorada y un puñado de sardinas. Otros viajeros me han contado que puedes ir al mercado del pescado por la mañana, comprar tus propias piezas a precios fijos y traerlas aquí para que, por una módica cantidad, te las asen. Sea como sea, en mi opinión es una absoluta trampa para turistas, donde no se preocupan en que comas bien y estés a gusto, sino en sacarte los cuartos.
Una de las últimas pescateras ofreciendo su mercancía en la zona del puerto. Normalmente la venta de pescado se desarrolla a primeras horas de la mañana en la lonja contigua.
Pescado del día en los restaurantes de la plaza Moulay Hassan. Es fresco del día, pero pésimamente asado. Se vende al «peso» pero espera una báscula trucada y un vendedor deslenguado.
Con todo esto, Essaouira es una ciudad muy interesante y que merece la pena visitar, tanto para un par de jornadas, como nosotros, como para estar una semana practicando surf, perdiéndote por sus fantásticos alrededores semidesérticos, asistiendo al alegre festival de música africana o sencillamente descansando unos días del ruido y el calor marroquí.
Me olvidé, cuidadito con invertir en Marruecos, cuando tu vas ellos ya están de vuelta de todo. El último caso fue el de cierto español que invirtió una cantidad indecente de dinero y acabó muy mal. Su hija Cristina siguió al mando de uno de sus negocios cuyo rótulo aún se puede ver «Casa Vera». Por prudencia y respeto no voy a contar nada pero como consejo…no os fieis de un «amigo» local de allí por muy bonito que os lo pongan todo y por mucha «amistad» y «contactos» que digan tener. Ni un euro de inversión, lo he visto en muchas ciudades de Marruecos, ojo al parche.
Saludos, la moneda de Marruecos es el dirham y no el dinar(se te fue la pinza). Tienes razón en lo de los «restaurantes», aparte de la báscula trucada es imprescindible no perder de vista las piezas que has comprado porque te pueden dar el «cambiazo» por otras.
Importante el regateo, incluir la bebida, ensalada y pan. Según te vean …te cobran. Yo me defiendo en dariya y regateo con toda la paciencia del mundo, conozco muchos de sus trucos y cuando me lían alguna y los pillo (bastantes veces) siempre utilizo el truco de la religión, los dejo en evidencia, sienten auténtica vergüenza y siempre saco beneficio. Son 30 años de viajes allí y 1 año de residencia.
Muchas gracias por la corrección, efectivamente se nos fue la pinza 🙂
¡Muy completo! Me han encantado leerlo, cubres todo lo necesario para hacer un buen viaje allí. Muchas gracias por compartirlo. ¡Un saludo!
La excursión a Essaouira Consiste en visitar una ciudad costera,portuaria que da vista al océano Atlántico.
También conocida por la antigua denominación portuguesa de Mogador, la ciudad de Essaouira está frente a las pequeña islas Purpureas o Mogador, batida por los constantes vientos del nor – este también llamados Alisios.
La Visita De La Ciudad De Essaouira:
La visita a Essaouira se puede hacer tranquilamente en una mañana hasta la hora de comer, te da tiempo de sobra a recorrer sus calles, sus numerosos puestos y comercios de artesanía. La Medina de Essauira fue declarada en el año 2001 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.Essaouira es una acuarela de colores perfecta, de horizonte azul que contrasta con las fortificaciones de color ocre rosado y con sus casas blancas de marcos azules.
Sus magnificas playas atraen numerosos turistas, que buscan además del sol, el Golf, los deportes aventura relacionados con el viento Surf, Windsurf y Kite surf.
Genial entrada, me viene a la mente los recuerdos de cuando visité Marruecos hace ya…bufff, cuatro años han pasado. Essaouira fue uno de los lugares que mas me gustó, con un encanto muy particular.
Un saludo
Genial entrada y hermosas fotos. Me quedé alucinada con Marruecos después de leerte y a otros bloggers que han estado por ahí. Quizás sea mi próximo destino.
Debo confesar que la primera vez que entré, lo hice porque vi un pequeño Ganesh, mi dios hindú favorito, como avatar en algún post ajeno que has firmado.
Te seguiré leyendo.
Gracias por la explicación que la he pillado a la perfección: velocidad 1/800 aunque lo de la ausencia de contraluz sigue siendo un misterio… pero mi inquietud era algo más prosaica… yo no me jugaría una cagarruta en el objetivo.
genial entrada y tambien me he quedado alucinado con la foto de las gaviotas impresionante
abrazos
Muy bonito marruecos, aconsejo que la visiten ami me impresionó muchísimo.
pueeeeeees .. que te puedo decir 🙂
No recuerdo haber hecho nada especial, Ander. ¿Imagino que te refieres a que el sol no quema la foto entera y que todo tiene detalle ? Tendría que mirar los datos de la foto (que ahora mismo no los tengo aquí) pero creo que es una velocidad en torno a 1/800 con el diafragma al 5.6 con un 85mm e ISO a 100. quizá hasta con mayor velocidad (sería lo más normal dentro de una foto de día soleado).
Digamos que al ser casi todo de colores claros, o blancos, se balancean entre ellos sin quemarse o quedarse negros dada la velocidad. No salen a «contraluz» o negras por eso (y por la cantidad de luz de rebote). Por ejemplo si te fijas en la punta de las alas, está completamente empastada y carece de ningun detalle. Para sacar algo de detalle ahí, tendría que disparar a una velocidad muchísimo más lenta, quemando el resto de la foto. Quizá esta explicación es un poco engorrosa .. no se explicarlo mejor. Nunca he valido para enseñar. Tambien debo decirte que todas mis fotos llevan algo de photoshop .. para levantar detalles, mejorar los contrastes, etc etc =)
Por otro lado te comento que es que además esos restaurantes de la plaza Moulay Hassan son caros. no por los precios oficiales sino por lo que intentan sacarte. Es mucho más barato comer en los clásicos puestecillos marroquíes. Por 3-4 euros por persona se come bastante bien. Tambien por 6-8 euros por persona puedes comer sentado en restaurante y buen servicio. Aquí lo sacamos barato despues de mucho (muchisimo) discutir (11 euros para los dos, 120 Dh) pero fue muy escaso y muy mal hecho, como explico en el post.
Gracias y un saludo =)
Por cierto, cómo has hecho la foto de las gaviotas?????????????????
Vaya con la zona de restaurantes al aire libre.
Es preferible comer más limpio aunque sea más caro. De todas maneras, en esos sitios, a los turistas se les ve como monederos andantes… y eso que tienen a gala en su religión la hospitalidad.