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20 Platos del mundo con los que sueñan nuestros viajeros

ines se pone las botas

La autora de este blog poniéndose las botas en Sebastopol (Crimea)

El verano pasado hice un post colaborativo llamando a participar a otros bloggers de viajes para conocer si habían estado en algún país con una prenda de vestir que comparte su población, idea que se me presentó al ver que los islandeses de todas las edades se ponen orgullosos su jersey de lana o «Lapopeysa». El entusiasmo fue tal que esta vez he querido repetir el experimento pero cambiando el tema central por el siguiente:

«¿qué plato habéis conocido que echáis de menos en casa?»

Todos sabemos lo que añoramos cuando llevamos un tiempo de viaje: el jamón serrano, la tortilla de patatas, el café decente… Pero también nos ocurre en ocasiones que hemos probado un alimento en un viaje y, o bien no lo encontramos en nuestra ciudad, o bien lo cocinamos de otra manera y nos gustaría volver a tenerlo en la mesa tal cual lo conocimos.
Así que he preguntado a nuestros queridos viajeros si añoran un plato que consumieron en alguno de sus viajes y ésta ha sido la respuesta:

 

1. Tom Yang Goon, la sopa nacional Tailandesa

tom yam goong

 

«La Tom Yang Goon es una sopa originaria de Tailandia y uno de los emblemas de la cocina Thai. Mezcla distintos sabores y aromas lo que le da un sabor inigualable. Hierba limón, lima kaffir, galanga, chalotas, champiñones y gambas (se puede cambiar por pollo u otro ingrediente) salsa de pescado, zumo de lima, tamarindo, chile molido y unas hojitas de cilantro fresco. ¡¡¡Da como resultado una sopa picante de un sabor inigualable!!! La he probado en varios paises del sudeste asiático, principalmente en Tailandia y Laos siendo una sopa muy conocida y popular. Eso sí, pica lo suyo y hay que pedirla «not spicy». En casa la intento hacer pero, para pena mía, su sabor no es como la recuerdo en Tailandia….»

Fran de Myguiadeviajes
Twitter: @myguiadeviajes

 

2. Scones con clotted cream, Escocia

Scones con clotted cream

 

«Uno de mis desayunos favoritos son los scones escoceses con clotted cream. Los scones son panecillos típicos de Escocia que se preparan al horno a base de harina de trigo, mantequilla y levadura en polvo, y a veces queso o frutas. Se suelen tomar como desayuno, y lo tradicional es que se abran por la mitad y se sirvan con mermelada y mantequilla o una nata típica de Inglaterra que se llama clotted cream y que es un pecado para cualquier dieta. Tiene un 63% de materia grasa y es casi sólida, pero muy, muy sabrosa, y un acompañamiento ideal para los golosos. Aunque hoy en día en algunas cafeterías españolas ya empiezan a verse scones, suelen servirlos con mantequilla y es mucho menos habitual que tengan clotted cream, así que la única manera de saciar el antojo es pidiéndolos en alguna cafetería inglesa o escocesa.»

Angie de Más Edimburgo
Twitter: @MasEdimburgo

 

3. Queso de cabra Geitost, Noruega

Geitost cheese

 

«Un recuerdo imborrable en mi memoria gustativa es el queso dulce de cabra noruego. Llamado Geitost (queso de cabra) o Brunost (queso marrón). En realidad no es un queso, si no que se elabora cociendo hasta la extenuación leche de cabra. Con ello se consigue un sabor similar a la cajeta o dulce de leche pero con textura de queso curado y matices de leche de cabra. Se consume habitualmente en Noruega en sandwich, en el desayuno o el almuerzo. Se puede comprar en cualquier mercado del país, pero una vez en España -al menos en Galicia- es muy difícil de conseguir.»

Manuel de Expreso.info
Twitter: @manuelbustabad

 

4. Oyonomimaki, Japón

oyonomimaki

(Esta especie de pizza japonesa debe ser impresionante porque han sido varios los viajeros que me lo han recomendado)

«Pues a mí, como apasionado de la comida japonesa, me encanta el okonomiyaki, pero no cualquiera, sino el de estilo Hiroshima. Es un plato que es como una especie de pancake con una masa con harina, se pone mucho repollo, los ingredientes que quieras (calamar, gambas, panceta, etc.) y se cocina en una plancha delante del cliente (o te lo haces tú mismo). En el caso de Hiroshima la masa no se mezcla previamente con los ingredientes, como en Osaka, y lleva al final huevo y fideos yakisoba. Se añade katsuobushi y salsitas ricas… En Madrid y Barcelona empiezan a haber restaurantes que lo cocinan, pero para mí no es lo mismo que irte a Hiroshima y comerlo allí. =)»

Luis de Japonismo
Twitter: @Luisete

 

5. El hot pot, Hong Kong

Caldero-del-Hot-pot

 

«Lo cierto es que en Alicante echo de menos muchos platos de cocina internacional, especialmente peruana o asiática. Mi ración de antojos japoneses es fácil de suplir, así que mi plato más añorado es el hot pot chino que desgusté en Hong Kong. El Hot pot no es otra cosa que un caldero con sopa hirviendo en el que tú mismo vas cocinando todo la comida que te apetezca. Sería la versión china del Nabemono japonés o del Jjigae Chongol coreano. Primero se pide la sopa y luego los ingredientes que quieres cocinarte tú mismo en el caldo hirviendo. Verduras de todo tipo, carnes, pescados, mariscos… del plato a la boca pasando antes por las salsas. Además de la comida, lo que más me gusta de este plato es que está pensado para degustar durante un rato largo, fomentando así la conversación con el resto de comensales.»

Pau de El Pachinko
Twitter: @elPachinko

 

6. Pollo con Mole, México

pollo con mole

 

«Quizás no sea espectacular, pero a mi me cautivó cuando visité La Riviera Maya en México: es ni más ni menos que el Pollo con Mole, uno de los platos fuertes que se suele servir en la gastronomía mexicana, una receta ancestral que ha ido pasando de madres a hijas y que no es otra cosa que trozos de pollo magro cocinados y acompañados con una salsa especial llamada mole, la salsa se suele elaborar unos días antes y es una mezcla de especias, chile y chocolate, aunque pueda parecer que pica no pica en absoluto ya que se le suelen quitar al chile las venillas donde se encuentra el picante, o al menos eso nos contó la cocinera.»

Jesús de Fotonazos
Twitter: @Fotonazos
 
 

7. Candy Apples, Estados Unidos

candy apples

 

«¡Me vuelvo loca solo de pensar en volver a Boston y a Quincy Market para probar sus deliciosos dulces! Estas manzanas estaban buenísimas. Y así no las he visto en ningún otro sitio donde he viajado. De todos los sabores y las de chocolate por fuera quitan la respiración, será que soy muy golosa, jeje.
En inglés son candy apples pero son como manzanas glaseadas o de caramelo con chocolate por encima: me dijeron que se coloca una capa de azúcar caliente por toda la manzana (al azúcar se le añade jarabe de maíz, agua, canela y colorante rojo) y antes de que el azúcar endurezca, se espolvorea con lacasitos, chocolate negro, virutas de chocolate o incluso frutos secos. ¡Sólo de escribirlo se me hace la boca agua! Además es muy típico del otoño y en Halloween en Estados Unidos

Sara de Mindful Travel
Twitter: @MindfulTravel_

8. Arepas, Venezuela

arepas-tenerife

 

«Un plato que me encanta y no encuentro en mi ciudad son las arepas de Venezuela. Las descubrí en Tenerife, ya que también son típicas de allí hace ya bastantes años, pero no recuerdo cuando exactamente. Son tortas de harina de maiz que se abren y se introducen los ingredientes: jamón, queso, ensalada, carne desmechada o lo que quieras. Es parecido al pan de pita pero es más bien un bocadillo. He hecho en un par de ocasiones en casa pero no es lo mismo. A parte de Tenerife probé una versión reducida en Londres como parte de un desayuno criollo hace nueve años. Hace tres años encontré un bar venezolano en Dublín y no dejé escapar la oportunidad de comerlas. Y por último esta semana santa en Ecuador encontré un restaurante regentado por una familia venezolana en el centro histórico de Quito, tamaño gigante que de momento son las mejores que he probado nunca.»

Judith de Travelling Dijuca
Twitter: @Dijuca

 

9. Poulet à la corse, Francia

poulet à la corse

 

«Siempre que tengo la oportunidad de viajar a Francia, me gusta saborear un «poulet à la corse», aunque tengo la receta y los ingredientes no son difíciles de encontrar, jamás consigo darle el mismo toque. El poulet à la corse, es un plato originario de la isla de Córcega, no es una comida habitual que se encuentre en los restaurantes, es un plato más familiar. Para su preparación se toma un pollo y se flamblea con cognac, luego se le agrega panceta de cerdo ahumada, aceitunas, champiñones, tomates y se condimenta con hierbas provenzales. Se suele acompañar con arroz y con un buen vino tinto francés.»

Edith de Mi Viajar 
Twitter: @Miviajar

 

10. Quesos Oscypek. Polonia

oscypek

Foto de Garret Ziegler

«Aquí va ese plato del que tanto me acuerdo cuando estoy en España. Cierto es que soy de la opinión de que como nuestra gastronomía hay pocas. Además, hoy en día, con la globalización es casi imposible no hacerse de una u otra forma con un plato concreto, bien yendo a un restaurante típico de un país, o bien adquiriendo los productos y tratando de recrearlo en casa. Pero la comida, como todo, parece que está más rica cuando la vemos como algo inalcanzable. Así que sí, echo de menos los Oscypek. Son unos pequeños quesos ahumados, típicos de las montañas del sur de Polonia y elaborados con leche de oveja. Son deliciosos y en ningún otro sitio como allí para comerlos. Es lo que siempre recomiendo probar a cualquiera que conozco que vaya a Polonia.»

 Eva de Una idea, un viaje
Twitter: @unaideaunviaje

 

11. Pastrami, Nueva York

pastrami

 

«Desde que conocí el Pastrami en Nueva York añoro su sabor. Estando allí tome sandwichs de pastrami en varios locales y todos me encantaron pero al año siguiente lo tomé en Las Vegas y no fue lo mismo. Asi que si, yo añoro el pastrami, pero el pastrami de Nueva York!
La foto de un sandwich de pastrami con su guarnición para uno pero que llega de sobra para dos está tomada en el Katz´s Deli, famoso porque en él se rodó la escena en la que Meg Ryan finge un orgasmo ante un atónito Tom Hanks en Cuando Harry encontró a Sally.»

María de Viaxadoiro
Twitter: @oViaxadoiro

 

12. Tajine, Marruecos

 

«El Tajín o tajine es un plato que siendo típico de todos los países del Magreb, donde resulta excepcional, es en Marruecos.
El nombre del plato deriva del recipiente semiplano de barro cocido con tapa de forma cónica en el cual se realiza la cocción del manjar. Se trata de un estofado a fuego lento, donde el protagonista principal suele ser el cordero, aunque también pueden haber tajines de pollo, ternera o pescado (de cerdo, lógicamente, no) e incluso, puede haber tajines vegetarianos, donde la verdura sea el único protagonista.
El estofado se suele aderezar con múltiples ingredientes, tales como almendras, avellanas, ciruelas, dátiles o aceitunas así como especies varias. La cocción a fuego lento en el tajín (en el recipiente) consigue que la carne saque todo su jugo y quede muy tierna. Nada mejor que unas aceitunas, servidas en un pequeño recipiente de barro adjunto y un poco de khobz, el típico pan marroquí y del golfo pérsico, para mitigar la espera del tajín.»

Jordi de Mil Viatges
Twitter: @Milviatges

 

13. Los momos, India/Tibet

momos

 

«La India está llena de cosas requetebuenas pero una de las que más me gustaron fueron los momos que, en realidad, son una especialidad tibetana o un plato de origen tibetano si no me equivoco. Son como unas empanadillas raras, rellenas de vegetales, que se hacen al vapor y luego mojas en una salsa picantilla. Las intenté hacer en casa pero me quedaron muy sosas. En la foto podéis ver unos momos de Delhi aunque en Rishikesh los hacían mejores. ¡Y 12 costaban como un euro!»

Cristina de Viaja en mi mochila
Twitter: @CristinaeLozano

 

14. Halusky, Eslovaquia

halusky eslovaquia

 

«El Halusky es el plato típico de Eslovaquia y combina los ingredientes básicos de su gastronomía acordes con su climatología (muy dura en invierno): patata, cerdo y queso de oveja.
El plato consiste en una masa realizada con harina y patata (similar a los gnochis) mezclado con queso de oveja y hierbas aromáticas (cilantro). Se le añaden unos trozos de tocino muy fritos, casi crujientes dándole a la mezcla un sabor único entre el suave sabor del queso y el intenso del tocino.

En la imagen vemos el trío de entremeses que nos sirvieron, los halusky son los más claritos de la derecha. En medio se sitúan las empanadillas rellenas de queso de cabra presentadas con queso suave y tocino y el último plato son similares al chucrut alemán pero mucho más suave y también con tocino. Un plato bastante calórico y absolutamente delicioso que combinado con una buena «Pivo» local está de muerte.»

Verónica de Paco y Vero Travels
Twitter;  @Pacoyverotravel

 

15. Gulab Jamun, India

gulab-jamun

 

«Cuando hace un par de años estuvimos en Bombay no sabíamos qué postre pedir así que un camarero nos recomendó probar Gulab Jamun y fue el mejor consejo culinario que nos hayan dado. Esta bola que se prepara con harina, leche en polvo, cardamomo y azafrán se fríe y luego servirda en un almíbar con toques de agua de rosas. Nos gustó tanto que compramos un paquete para hacerlo en casa. Ahora que se nos acabó seguimos buscando restaurantes donde lo hagan con el toque típico indio, lo cual se se ha convertido en una tarea bastante complicada y nos conformamos con las imitaciones.»

Arol de El Blog de Viajes
Twitter: @elblogdeviajes

 

16. La Francesinha, Portugal

francesinha

«Mi comida que echo de menos en los bares de España es la francesinha, un sanwich originario de Portugal, pero en concreto de Oporto. Es una auténtica bomba de relojería para el estómago, pues se trata de un sanwich de cerca de 1200-1300 calorias. Casi nada. 
Es un sanwich de varias capas. La primera capa está formada por embutidos varios (jamón de york, mortadela, chorizo, etc…) , la segunda capa está formada generalmente por un filete de carne (normalmente ternera, cerdo o las dos). Todo el conjunto está cubierto por una mezcla de quesos derretidos. Esto se acompaña en un plato con una buena dosis de salsa hecha con tomate y cerveza (a veces también picante) y multitud de patatas fritas. Pero por si encima todo esto te parece poco, en algunos sitios le añaden además un huevo frito al sandwich.
Bueno, este es el plato, está buenísimo, pero es para ponerse cerdo cerdo. Como ves, no hay que irse demasiado lejos para probar y echar de menos una comida.»

17. Cordero patagónico, Chile/Argentina

cordero patagonico

 

«Como gran fan de la comida y los viajes, tengo muchos platos para recordar. Pero uno que merece mención especial, es el cordero patagónico en horno de barro.
Un plato que se puede encontrar en toda la región patagónica, ya sea argentina o chilena. Tuve la oportunidad de probarlo en un viaje a Ushuaia, Argentina, la ciudad más austral del mundo. Este cordero es considerado de mejor calidad que los corderos “comunes”, como los encontrados hacia el norte de Argentina o en Uruguay y Brasil. La carne es magra, ideal para los que nos preocupamos por una buena alimentación, además de ser especialmente tierna, y tener un sabor exquisito.  Prepararlo no resulta complicado, sólo es necesario disponer de algunas horas, y claro, un horno de barro. Primero, se condimenta con aceite, sal, orégano, perejil, ajo, pimienta negra y vino blanco. Y luego se coloca en el horno durante algunas horas hasta que su carne este bien cocida y tierna. Además, si bien en mi caso probé el cordero en horno de barro, lo normal es encontrarlo a la parrilla, lo cual también resulta un gran plato. ¡Se me hace agua la boca de recordarlo!»

Andrés de Bitácoras de viaje
Twitter: @bitacorasdviaje

 

18. Filete de cocodrilo, Namibia

filete_cocodrilo

 

«Sin duda me volvería a llevar a la boca un buen filete de cocodrilo. Lo probé en un viaje a Namibia y es delicioso. Su textura es una mezcla de pollo y pescado. Hará tres años, entre en un bar en kanchanaburi, Tailandia. Llevaba unas 16 horas sin comer. Cuando me trajeron la carta, había lo clásico, pero también gusanos, cucarachas y alguna otra cosilla viscosa, pero yo no soy muy aficionado a tales manjares. Entonces mis ojos repararon en el filete de cocodrilo con salsa de pimienta negra. Cuando vino la camarera le pregunté -«pero, ¿es cocodrilo de verdad?»- me miró como si fuera idiota. «Pues claro». -«Pues me traes dos».

Fernando del blog que estamos leyendo
Twitter: @Gothart 

 

19. Santolas con el fruto del pan, Santo Tomé y Príncipe

centollo

 

«Por su carácter insular, los alimentos más comunes en Santo Tomé y Príncipe son los pescados y los mariscos como el pulpo, los caracoles de mar o los centollos (santolas). A excepción de la capital, no hay electricidad durante todo el día por lo que los alimentos no se guardan en neveras. Se pesca lo que se va a consumir y eso garantiza que va a ser muy fresco. Por eso cuando se quiere comer en un restaurante, lo mejor es llamar o acudir a él unas horas antes para encargar el banquete. Por unos 6€ se puede degustar un impresionante centollo en la pequeña localidad de Neves, lugar en donde se pescan. Pero también han abierto un restaurante en la capital, el Plemuseum, en donde pueden degustarse santolas al mismo precio. El plano vegetal tampoco se queda corto: en Santo Tomé y Príncipe ocho de cada 10 árboles dan frutos comestibles, os recomiendo probar el socorrido fruto del pan asado o frito.»

Inés, la autora del blog que estás leyendo
Twitter: @Misviajesporahi 

 

Bonus Track: La sopa del dragón

 

Nelson de Mochileros
Twitter: @mochileros_org

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